La Cata del Vino Montilla-Moriles mejora sus ventas de caldos respecto a la edición del año pasado. Esta es la estimación facilitada ayer por la mañana por el gerente del Consejo Regulador de Montilla-Moriles, Enrique Garrido, que recordó que aún es pronto para ofrecer un balance, dado que el sábado es uno de los días fuertes de este evento, que cerrará esta tarde sus puertas en el Palacio de la Merced con una jornada que se espera «muy familiar».

Este responsable detalló que la afluencia de público marcha «muy bien», precisando que «estamos superando las cifras del año pasado», aunque puntualizó que «no es nuestro interés masificar un evento como este, queremos que la gente que venga disfrute y conozca nuestros vinos». Según las estimaciones, recuerda Garrido, el pasado año se superaron los 85.000 visitantes.

Acerca de la afluencia de jóvenes a esta actividad, Garrido destacó que «la esencia de la cata es venir a conocer los vinos» y «el interés del consejo regulador está en ofrecer información a distintos ámbitos de población». El gerente insistió en que existen diferentes tipos de consumidores y «por la noche hemos conseguido que la juventud se identifique con este proyecto», haciendo hincapié en que este grupo de población «no está habituado a beber vino» y cuenta con unas cifras de consumo «cada vez más bajas». En este sentido, manifestó que «es una iniciativa interesantísima poner en valor los vinos de Montilla-Moriles para un público que habitualmente no está con nuestros vinos» y, en líneas generales, comentó que «estamos muy satisfechos del evento».

participantes/ Acerca de esta cuestión, Jesús Jiménez, encargado de Taberna del Río y Taberna la Montillana, sostuvo que «a mediodía está la cata tradicional y por la noche no estamos contentos con lo que hay, es una discoteca grande», subrayando que «se está perdiendo la esencia». De este modo, en su opinión «durante el día viene gente que sabe apreciar el vino, pero por la noche se la están cargando», a lo que añade que «hace dos años empezó a deteriorarse la noche y este es demasiado».

En el estand de Pérez Barquero, María José López, una trabajadora, destacó que entre el público «hay mucho interés» y recordó que esta es «una bodega con prestigio y viene mucha gente». De otro lado, entre los asistentes a este evento se encontraba Meritxell Iglesias, que se ha desplazado con un grupo de amigas desde Badajoz para pasar el fin de semana en Córdoba y celebrar su despedida de soltera. Ataviada con una peluca rubia, unas gafas de sol y un vestido de lunares, Meritxell comentó que se enteró de la celebración de la cata el viernes pasado, precisando que es la primera vez que visita Córdoba y se disponía a disfrutar de la sorpresa preparada por sus amigas para la tarde.