Buen tiempo, muchas ganas de mayo y turistas deseosos de fiesta son la combinación perfecta para una cata de vino exitosa que, según los organizadores, se espera que supere el número de visitas del año pasado, cuando se vendieron más de 70.000 degustaciones de vino. La jornada inaugural arrancó ayer al mediodía con la presencia de numerosas autoridades y media entrada en el recinto donde, según las encuestas que maneja el Consejo Regulador, solo un 30% de los visitantes opta por comprar una botella frente al 70% que prefiere ir de flor en flor y probar más de tres vinos distintos. Esto demuestra que la gente no consume todo en el mismo sitio sino en varios estands y que se cumple el objetivo de catar vinos.

La enorme y a veces incontrolada afluencia de público que caracterizó a la cata en la edición pasada ha llevado a tomar medidas para organizar las visitas. Por este motivo, según explicó el presidente del Consejo Regulador, Javier Martín, este año se venderán de forma online un máximo de 1.500 entradas por noche (www.montillamoriles.es o a través del código QR diseñado para la ocasión). «El año pasado, los tickets se vendían sin especificar la fecha en la que se iban a usar, lo que hizo que de 5.000 vendidos el primer día, 3.000 acudieran la misma noche», lo que generó aglomeraciones indeseadas. Para controlar el acceso de personas y en pro de la seguridad del público que acuda a la cata, solo se venderán esas 1.500 entradas y el resto hasta completar el aforo de 5.000 personas se deberá adquirir en la taquilla. El sistema de tarjetas inteligentes recargables y reutilizables son la principal novedad de esta edición, según Enrique Garrido, gerente del Consejo Regulador. «Se trata de tarjetas que funcionan como monedero y que permiten al usuario recargarlas y usarlas varias veces». En cada estand, se puede consultar a través de una máquina el saldo en consumiciones disponible.

El presidente de la Diputación de Córdoba, Antonio Ruiz, acompañado por la consejera de Agricultura, Carmen Ortiz, subrayó en el acto inaugural de la cata el objetivo de promoción de los vinos de la tierra que tiene este evento y coincidió con la delegada del Gobierno, Rafi Crespín, en destacar que 7.000 familias cordobesas viven de un sector «entroncado directamente con otro sector estratégico, el turístico, y con la gastronomía, siendo un elemento diferenciador de la misma». Ambos animaron a los cordobeses a acudir a degustar los vinos Montilla-Moriles en una edición que, según Crespín, «arranca con muy buenas previsiones» con la intención de mejorar en el que constituye un punto débil de la región vitivinícola. «Tenemos unos vinos envidiados fuera, pero tenemos que venderlos y promocionarlos mejor porque de lo contrario, no sirve de nada». La cata de vino del 2017 reunirá este año 29 bodegas y lagares y 10 restaurantes de Córdoba y aspira a superar las 85.000 visitas de la edición pasada.