Amontillados, olorosos, dulces, finos más secos, jóvenes más afrutados... La variedad de olores, sabores y maridajes que ofrecen los vinos de Montilla-Moriles parece ser interminable y aunque dicen que no hay nada nuevo bajo el sol y que todo está inventado, lo cierto es que las bodegas que acuden año tras año a la Cata del Vino de Córdoba no dejan de innovar en la búsqueda de nuevos mercados. Por eso, y aunque los vinos tradicionales siguen siendo un valor en alza, esta cata también viene cargada de novedades, la mayoría propuestas frescas y de baja graduación que buscan atraer a los paladares más jóvenes, los que pretenden educar el gusto por estos vinos.

En esa gama de sabores, Bodegas Luque presenta este año La Flor de Camarena, un vino suave, con poquitos grados, que entra muy bien. La Cooperativa La Unión lanza para los iniciados en el vino La Algarabía, un verdejo de la misma gama que puede completarse, si se desea, con el chardonay de la misma marca. A los que les gusta probar el vino de tinaja a granel, tienen una buena opción en la Cooperativa Vitivinícola de Aguilar, que trabaja en lanzar próximamente su vino embotellado.

Los amantes del vino y del toreo a partes iguales tienen en Bodegas La Casilla una botella de fino en rama digna de coleccionistas dedicada al centenario del nacimiento de Manolete.

Bodegas Robles de Montilla presenta este año como novedad la línea de Baja Flor, un proyecto diseñado expresamente para conquistar al público nipón. Para ello, se ha elaborado un código especial que permite comprender a los que aún están verdes en la materia la graduación e intensidad de los distintos vinos. Esta bodega, «la única del mundo que comercializa toda la gama de generosos en producción ecológica», según la gerente de la misma, tiene este año un vino nuevo llamado Caprichoso resultado de la mezcla de uva Pedro Ximénez sin crianza y verdejo. «Un vino dulce y afrutado con un poco de carbónico», lo define. Lástima que no esté al alcance del público que acude estos días a la cata.

Bodegas San Pablo de Moriles vuelve este año tras un lustro de ausencia en la cata. Y lo hace con un nuevo vino afrutado, fresco y suave al que han bautizado como Verde Sur, por su toque refrescante «y porque estamos en el Sur». También dirigido al público joven, Lagar de Hoyos SCV Nuestra Señora del Rosario lanza al mercado un vino de tinaja bajo el nombre de El Pozuelo, con etiqueta renovada y botella bordelesa. Este vino, de 13,5 grados es más suave y «mezcla distintas variedades de uva».

Bodegas Alvear también se suma a la oleada de novedades de esta 34 edición con su Marqués de la Sierra. «Misma marca, misma uva, pero con un estilo diferente», señala el gerente de la bodega, que destaca la calidad de un vino joven, «de solo 12 grados, pero más aromático y con más cuerpo».

Todos estos vinos jóvenes, de baja graduación son la mejor elección para realizar el rito de iniciación del vino, que este año se servirá en la explanada de la Diputación en un catavinos de talle más alto que el del año pasado, una copa más estilizada a la versión clásica que quiere ser más atractiva a las nuevas generaciones, un público que año tras año acude al recinto con ganas de probar vinos, como señalan las encuestas realizadas por el Consejo Denominador Montilla Moriles.

Llegados a este punto, conviene recordar que la ingesta de alcohol debe ir acompañada de sustento sólido, por aquello de que siente bien. Prohibida la entrada a la cata de alimentos desde el exterior, una decena de restaurantes con una carta de lo más variada y a precios asequibles completa la oferta de este año. Busquen, comparen y sigan buscando.