Vox amenazó ayer a PP y Ciudadanos con no apoyar la elección del conservador Juan Manuel Moreno como futuro presidente de la Junta de Andalucía si esos dos partidos siguen «despreciando» y «faltando al respeto» a sus 400.000 votantes. «Pretenden que vayamos como esclavos a ponerle la firma a su documento», se quejó con tono de enfado Javier Ortega Smith, secretario general de Vox, en referencia al paquete de medidas y reparto del Gobierno que están negociando los populares y naranjas estos días. «Si quieren nuestros votos para apoyar a un determinado candidato, tendrán que reunirse con nosotros y los tres partidos, con mucho respeto, deberemos poner sobre la mesa nuestras propuestas. Tenemos 12 diputados y no vamos a imponer la totalidad de nuestro programa, pero sí una parte que consideramos suficientemente importante para dar nuestro voto a un candidato que no es de nuestro partido», declaró por teléfono a este diario Ortega Smith. Una de esas ideas que consideran clave es la derogación de la ley contra la violencia machista.

El pulso que la formación ultra está echando a los otros dos partidos de la derecha amenaza con bloquear el proceso de elección de Moreno (PP) como sucesor de Susana Díaz (PSOE). Hasta ahora, Ortega Smith se ha reunido con Teodoro García Egea, el número dos del PP, pero solo con él. No se le ha visto con José Manuel Villegas, el negociador y secretario general de Ciudadanos, un partido con el que Vox está especialmente molesto.

La formación de Santiago Abascal lamenta que tanto su líder, Albert Rivera, como Manuel Valls, el candidato independiente y al que los naranjas apoyan para la Alcaldía de Barcelona, hayan señalado su voluntad de poner un «cordón sanitario» en torno a ellos y hayan afirmado que no tienen nada que hablar con Vox. «Se olvidan de un pequeño detalle. La suma de votos de PP (26 escaños) y Ciudadanos (21) no les llega para designar a un presidente de la Junta. Sea Juan Manuel Moreno, Juan Marín o Perico de los Palotes», subrayó Ortega Smith. ¿Está buscando Vox la repetición electoral? «No, podrán ir a buscar los votos del PSOE. Y, si no, tendrán que explicar a los electores que hay que volver a votar porque se ha fracasado en la opción histórica de poner fin al mandato socialista porque han despreciado a Vox y no han aceptado ninguna de sus propuestas», respondió el dirigente de extrema derecha.

Ante esta amenaza, expresada también por Abascal en Twitter, Villegas consideró que Ciudadanos solo puede seguir trabajando y «cerrando» el acuerdo con el PP. Cuando lo tengan, se lo presentarán «a la sociedad andaluza y a los demás partidos». Es en ese momento en el que el dirigente naranja deja la puerta abierta a reunirse con Vox. «Ellos se tendrán que posicionar con su voto: o hay legislatura de cambio o bloquean la situación», añadió.

En esta línea, Juan Marín, el líder de Ciudadanos en Andalucía, y posible futuro vicepresidente de la Junta, insistió en que el acuerdo es con el PP. A partir de ahí, continuó, será Vox, o incluso el PSOE y Adelante Andalucía, los que «legítimamente» decidan qué hacer con sus votos. Y lanzó un mensaje para acercar posiciones. «El pacto no se toca, pero es después en el Parlamento donde se tramitan las leyes, las reformas de ley, los Presupuestos… ahí es donde hay que hacer el juego político», insinuando que será en esa segunda fase, ya en la Cámara, cuando se podrán atender las reclamaciones de Vox y comprobar entonces entendimiento entre las tres formaciones.

IDEAS DE VOZ INCLUIDAS / Y es que, además reclamar la retirada de dotación presupuestaria en la lucha contra la violencia de género y sustituir esta ley por una de violencia intrafamiliar, el decálogo de medidas que Vox pone sobre la mesa está ya recogido, casi textualmente, en el pacto programático entre PP y Ciudadanos. Es el caso de la reducción de impuestos y el desmontaje de la administración paralela, mientras que el punto referente al apoyo del mundo rural y sus modos de vida también ha sido ampliamente defendido por el PP, tanto que llegó incluso a promover en campaña la creación de una vicepresidencia de Agricultura y Ganadería.

El PP andaluz, por su parte, apeló a la «altura de miras» para poder desalojar al PSOE después de 36 años del Palacio de San Telmo y resaltó que «el cambio no se trata sólo de un nuevo Gobierno, también de una nueva forma de hacer política, en la que se ponga el bienestar de los andaluces por encima de las ideologías». La secretaria general del partido, Dolores López, cree, no obstante, que «cuantos más grupos participen en los acuerdos importantes, mejor».

En el PSOE consideran que, visto el choque entre las tres fuerzas de la derecha, presentarán a Díaz a la investidura, que será, como tarde, el día 16. La presidenta en funciones dijo hace semanas que se consideraba legitimada para hacerlo aunque en este tiempo no ha mantenido ni una sola reunión con los grupos parlamentarios para lograr su apoyo.