Las estrechas calles del centro de Sevilla son parte de su atractivo, pero tras ese pintoresquismo late desde hace años una tensión no resuelta, a medio camino entre el vandalismo y la desobediencia civil, por el uso obligado de los denominados contenedores individuales para la recogida de basuras.

Desde hace años, vecinos del centro histórico que se resisten a usar estos contenedores individuales de los que han de hacerse cargo en sus casas protestan dejando sus bolsas de basura en la calle, en las esquinas, junto a los portones de casas vacías o encima de las papeleras, en muchos casos en puntos de tránsito turístico, en rincones y esquinas, algunas de ellas a pocos metros del mismísimo Ayuntamiento.

Los vecinos de esas calles en las que, según el Ayuntamiento, no se pueden instalar contenedores soterrados ni en superficie, tienen la obligación, según una ordenanza municipal, de hacerse cargo de unos contenedores individuales donde han de depositar sus residuos, sacándolos cada noche y recogiéndolos tras el paso de los pequeños camiones de la recogida.

«Existe la obligación de depositar esos residuos en los contenedores individuales, y no hacerlo está considerado como una infracción de la Ordenanza Municipal de Limpieza», dice a Efe una fuente municipal, que recuerda que esta medida empezó a implantarse en 1998 para ir extendiéndose progresivamente a todo el casco antiguo, en la misma medida que se soterraban contenedores y se implantaba la recogida neumática -en algunas zonas-.

Investigar la procedencia de los residuos de bolsas depositadas en las calles es muy difícil porque «hay que abrirlas y encontrar indicios de que pudiera pertenecer a una persona concreta, algo que dificulta la imposición de infracciones, salvo existencia lógicamente de testigos».

El dato concreto de los kilos de basuras en bolsas abandonadas no es posible obtenerlo, dado que, según Lipasam, en su recogida se mezclan con limpieza viaria y el vaciado de papeleras, entre otros residuos.

Multas de 120 euros

Las propuestas de denuncia por estos casos son por valor de 120 euros, dentro de la consideración de infracción leve, pero hasta el día de hoy el Ayuntamiento de Sevilla no ha cobrado ninguna de esas sanciones. En la actualidad, existen 4.517 los contenedores individuales en uso, mientras que el casco antiguo de la ciudad tenía una población de 59.081 habitantes a 1 de enero de 2016 -13.980,82 habitantes por kilómetro cuadrado-.