El comité de la Unesco encargado de revisar la situación del Parque Nacional de Doñana decidió ayer mantener las medidas de conservación exigidas al Gobierno español, que se centran en reducir los regadíos en la zona para proteger el acuífero y evitar el dragado del río Guadalquivir. Aunque existía el temor por parte de las organizaciones ecologistas de que la Unesco pudiese rebajar las exigencias de conservación de Doñana, el comité ha considerado que estas se deben mantener para asegurar las condiciones únicas de este parque, declarado Patrimonio de la Humanidad en 1994. El comité subrayó que continuar con los niveles actuales de extracción de agua del acuífero de Doñana para fines agrícolas supone una amenaza para el espacio natural. El Gobierno español se ha comprometido a eliminar el dragado.