Los presupuestos de Andalucía para 2018 continuarán su tramitación parlamentaria tras haberse rechazado -con los votos del PSOE y Ciudadanos- las enmiendas a la totalidad presentadas por el Partido Popular, Podemos e Izquierda Unida, después de un debate de casi siete horas en el que no han faltado las alusiones a Cataluña. Este proyecto de presupuesto, que quedará definitivamente aprobado el 30 de noviembre, casi un mes antes de lo habitual, es el tercero que pactan PSOE y Ciudadanos y que llevará a Andalucía a ser la primera que disponga de sus cuentas para el próximo ejercicio.

Ello ha sido esgrimido por el Gobierno andaluz como una muestra de estabilidad en un momento de «incertidumbre» en España, mientras que la oposición ha criticado las «prisas» en la tramitación, al considerar que se ha dificultado el diálogo y la posibilidad de consensuar las cuentas.

El presupuesto, cuya cuantía ha quedado fijada en 34.759 millones de euros, un 4,6% más que este año, pasará ahora a la Comisión de Hacienda hasta llegar a su debate final, previsto para los días 29 y 30 de noviembre. Las cuentas andaluzas prevén que la economía crezca un 2,6% en 2018 y la generación de 80.400 empleos, así como una previsión de subida salarial para los empleados públicos del 1,5%, aunque está condicionado a los Presupuestos Generales del Estado para 2018. El capítulo que más crece es del Servicio Andaluz de Salud, que contará con el mayor presupuesto de su historia, de 9.013 millones, un 5,4% más que el año anterior.

DEFENSA DE MONTERO

Durante la defensa de las cuentas, la consejera de Hacienda, María Jesús Montero, defendió que estos presupuestos persiguen la «seguridad de los andaluces» en un momento de incertidumbre y, con ellas, Andalucía «saca al balcón la verdiblanca» para que su voz se escuche «alta y clara». Señaló que son la propuesta del Gobierno socialista para «salir de la crisis política que ha acompañado a la crisis económica». Según la responsable de Hacienda, los presupuestos andaluces para el 2018 continúan blindando la sanidad, la educación y los servicios sociales, pese a la «infrafinancación» que sufre Andalucía, que tiene que destinar más de 2.600 millones de recursos propios para compensarlo, por lo que dijo que es «urgente» abordar la reforma del modelo de financiación autonómica.

El líder del PP andaluz, Juanma Moreno, rechazó los presupuestos porque entiende que «empobrecen» a la comunidad y criticó la «ceguera soberbia» del Gobierno andaluz en su elaboración, aunque reiteró su oferta de diálogo para mejorarlos. Basó la enmienda a la totalidad que presentaron en el rechazo a «unos presupuestos claramente equivocados» y a «una forma de gobernar acostumbrada al rodillo y a aplastar todo lo que provenga del adversario, sin pararse a estudiar si es bueno o malo». Lamentó así la «falta de diálogo» de la presidenta de la Junta, Susana Díaz, a la que criticó duramente por no estar presente durante su intervención, pese a lo que optó por dirigirle todo su discurso a ella, sin referirse a la consejera.

La portavoz adjunta de Podemos, Carmen Lizárraga, rechazó también los presupuestos por «antisociales y neoliberales», y sostuvo que la situación actual de Andalucía pone en evidencia la «incapacidad histórica» del PSOE andaluz para resolver sus problemas. Aunque sean los primeros de España, son «irresponsables y hechos con prisa» vista la incertidumbre que atraviesa el país, señaló Lizárraga, que agregó que están basados «en un aumento cíclico de ingresos y en medidas fiscales regresivas y perjudiciales, que ni apuntalan el crecimiento, ni mejora la redistribución de riqueza».

En la misma línea, IU rechazó las cuentas porque tienen «recortes instalados» y porque suponen un crecimiento «frágil y antisocial», a la vez que cuestionó que sean un elemento de «estabilidad» porque para su partido eso supondría que se eliminara «la brecha social». «No hay banderas lo suficientemente grandes para tapar la desigualdad social» y las «prácticas corruptas», señaló la portavoz Elena Cortés.