El PP y Ciudadanos gobernarán la Junta de Andalucía gracias al apoyo externo de Vox, la formación de ultraderecha que en las elecciones autonómicas del 2 de diciembre logró 12 diputados. Esos escaños eran claves para que el tridente de derechas consiguiera expulsar a los socialistas del Palacio de San Telmo después de 36 años y, pese a los órdagos de los ultras estos últimos días, los populares consiguieron que los de Santiago Abascal acabaran cediendo y garantizaran su apoyo a la investidura de Juan Manuel Moreno.

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"Se abre una nueva página en la historia de Andalucía después de 40 años de monopolio del PSOE", dijo, ufano, el futuro candidato a la presidencia. Lo afirmó minutos después de que la prensa conociera el documento firmado por el PP y Vox para garantizarle el respaldo de los populistas "en primera votación". En ese documento, de 37 puntos, los ultras de Santiago Abascal no incluyeron algunas de las demandas más controvertidas que habían dejado por escrito solo 24 horas antes. En el pacto con los populares no aparecen la derogación de violencia de género ni la de igualdad ni tampoco la que protege al colectivo LGTBI. Sí se incluye la creación de una Consejería de Famlia y el objetivo de promover una "ley de concordia" que sustituya a la de memoria histórica, una propuesta esta última que el PP empezó a defender hace cuatro meses.

En el acuerdo tampoco se exige la expulsión de los 52.000 inmigrantes 'simpapeles' que, según Vox, se encuentran en Andalucía. En este asunto, lo que ambos han dejado por escrito ("y es lo que vale", apuntan desde Génova, es "cumplir con la legislación vigente en materia de inmigración, evitando (...) el 'efecto llamada'" y combatiendo "las mafias que trafican con personas". También reclaman que la inmigración sea "ordenada, legal y respetuosa", vinculada al mercado laboral y respestuosa con la "cultura occidental". "Cosas normales y que forman parte de nuestro discurso habitual", añaden fuentes de la dirección del PP. El resto del documento son medidas sobre la creación del empleo y fiscales, en consonancia con las prioridades de populares y también de Ciudadanos.

"Dijimos que no seríamos ni un obstáculo para el cambio ni la alfombra de otros", escribió Abascal en Twitter. Pese a esa supuesta alegría, Vox no ha conseguido ninguna foto de Ciudadanos, como exigió la semana pasada tras varias quejas de que los naranjas los "desprecian", ni tampoco ha logrado que el PP se comprometa a rectificar la ley de violencia de género pese a que fue una de sus demandas más repetidas desde el pasado día 2.

Conato de rebelión interna

El presidente del PP, Pablo Casado, ha logrado evitar el conato de rebelión que este miércoles se empezó a detectar entre algunos de sus barones, incómodos con las posibles cesiones ante Vox, que será un competidor claro para los populares en las elecciones municipales, autonómicas y europeas del próximo 26 de mayo. A lo largo de la mañana, cuando los populares y los ultras negociaban la investidura, el presidente del PP vasco, Alfonso Alonso, y también el jefe del Ejecutivo de Murcia, Fernando López Miras, mostraron su desacuerdo ante el acercamiento al partido de Abascal. También el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, y la presidenta de la Mesa del Congreso, Ana Pastor, advirtieron de que no se podía dar ni un paso atrás en la protección a las mujeres.

La ronda de contactos

El cambio de tercio de Vox pudo llegar al ver que Adelante Andalucía daba marcha atrás a su intención de buscar un candidato de consenso con el PSOE y que podían acabar apoyando a la socialista Susana Díaz a la investidura. Con ese respaldo y la negativa de Vox a apoyar a Moreno, la presidenta de la Cámara, Marta Bosquet (Cs), se habría visto en la tesitura de tener que plantear la candidatura del bloque de izquierdas.

Una vez amarrado el voto de los ultras, la ronda de contactos de Bosquet con los portavoces de los partidos será, por tanto, un mero trámite. Este jueves se reunirá con todos ellos y a media tarde anunciará formalmente cuál es el nombre que más probabilidades tiene de salir adelante. Su intención es reunir el viernes a la Junta de Portavoces para ya dar a conocer la fecha del debate de investidura. Según deslizó, su intención es celebrarlo lo antes posible, la próxima semana. De esa manera, Moreno podría acudir a la convención nacional del PP como jefe del Ejecutivo.

El otro pacto con Cs

De forma paralela, fuentes del PP y Ciudadanos confirmaron que deben continuar con las reuniones para terminar de perfilar la estructura de Gobierno, en el que Vox rechazó entrar desde el inicio. La Administración contará con 10 u 11 consejerías, frente a las 13 actuales, ya que ahora hay que encajar la de Familia que reclama Abascal. La vicepresidencia será para Juan Marín, el líder de Ciudadanos, partido que dirigirá el departamento de Economía y, probablemente, asumirá también competencias de regeneración democrática.

Los naranjas celebraron el "día histórico" y subrayaron en un comunicado que ellos solo se han comprometido con las "90 medidas programáticas" que acordaron con el PP y que ambos dieron a conocer hacer unas semanas. "Ese ese el único programa de Gobierno y al que responderá Ciudadanos", subrayaron en un intento de mantener la distancia con Vox por miedo a ver estropeada su imagen de partido centrista.