Los peritos de la Intervención General de la Administración del Estado (IGAE) ratificaron ayer que las transferencias de financiación se usaron «indebidamente» e «ilegalmente» para pagar las ayudas del caso ERE, afirmaciones con las que discreparon los expertos de la defensa. Ángel Turrión, jefe del equipo de la IGAE que desde diciembre del 2013 ha emitido, por orden judicial, «275 informes con 3.899 páginas y 22.855 anexos» sobre los 850 millones en ayudas sociolaborales y a empresas en crisis repartidos por el Gobierno andaluz del 2001 al 2010, ha llegado a asegurar que las transferencias se usaron «indebidamente, y por qué no decirlo, ilegalmente». Desde ayer, el juicio de los ERE ha entrado en una nueva fase centrada en la prueba pericial, con la comparecencia de nueve catedráticos en Derecho Administrativo y Hacienda Pública que han elaborado diversos informes de parte, todos ratificados ayer. Las discrepancias entre los peritos de la IGAE (junto a Turrión comparecen sus colegas Rosaría María Hernández y Eduardo Villaseca) y los de las defensas se han puesto de manifiesto con las primeras preguntas del fiscal. Según los expertos estatales, la clasificación económica de un crédito determina a qué se destina, y las transferencias de financiación a la agencia pública IDEA para pagar ayudas dadas por la Dirección General de Trabajo se usaron «en contra de lo que dice la ley». Sin embargo, Juan Zornoza, autor junto a Miguel Ángel Martínez de un informe pericial encargado por la defensa del expresidente José Antonio Griñán, ha replicado que «la clasificación económica» de una partida «indica la naturaleza económica del gasto, no necesariamente su finalidad», y en este caso sólo distinguía entre transferencias de capital y corrientes pero «ni el destino ni la cuantía». El inicio de la prueba pericial, que se prevé dure un mes, ha despertado expectación mediática y de público en la sala, a la que han acudido acusados como los exconsejeros Magdalena Álvarez y Antonio Fernández o el exinterventor Manuel Gómez. Las discrepancias entre unos peritos y otros fueron ayer constantes.