El Parlamento ha retomado la actividad plenaria con una vuelta al curso político que evidencia dos asignaturas pendientes para las próximas fechas, la que más interesa al Gobierno, que es la reclamación de más financiación autonómica, y otra en la que insistirá la oposición: la gestión de la listeriosis.

Estas dos materias, además de la troncal, que serán las cuentas del 2020, se erigen en temas principales del panorama político andaluz desde hace ya unas semanas y muestra de ello es que han sido la mecha para «encender» un debate tranquilo, en el turno del presidente, Juanma Moreno, con la líder del PSOE, Susana Díaz.

El Parlamento, con una sesión de control atípica en la hora (9.00 horas) por la visita de los Reyes, acumulaba ayer novedades desde julio: Díaz ha anunciado hace poco que está embarazada, Mario Jiménez ya no le flanquea como portavoz y Teresa Rodríguez ha vuelto al frente de Adelante Andalucía tras su baja de maternidad, aunque no estaba presente por el juicio contra el empresario que simuló besarla.

Moreno comenzó su debate con Díaz felicitándola por su embarazo, felicitando a José Fiscal como nuevo portavoz y dirigiéndose a Mario Jiménez (ahora sentado en la última fila) para reconocer su labor como un rival «duro y correoso» que también supo llegar a acuerdos, extremo que arrancó los aplausos de las bancadas de PP, Cs y del PSOE, incluida Díaz, con algo más de tibieza.

Sin embargo, el debate subió el tono y ambos se enzarzaron a cuenta de la gestión de la listeriosis, «deficiente» para el PSOE y diligente para el Gobierno; y de la financiación autonómica, en la que se reprochan mutuamente no hacer nada ante el Gobierno central, Moreno en la época de Mariano Rajoy y Díaz ahora con Pedro Sánchez.

Moreno acusó a la socialista de querer «incendiar» la crisis de la listeriosis por su «irresponsabilidad» y «falta de altura política», pero ella le recordó que «se es presidente para lo bueno y para lo malo» y criticó que mantuviera al consejero de Salud, Jesús Aguirre, como «cinturón de seguridad». Si la gestión de la listeriosis es el asunto sobre el que giran las principales críticas del PSOE desde hace semanas, la reclamación de 1.350 millones de entregas a cuenta e IVA es la base de la acción mediática del Ejecutivo autonómico, que acusa a Díaz de no querer «dar la cara» para pedirle al presidente nacional esa financiación.

«Se le ve su limitación política. No tiene libertad para decirle a Sánchez que faltan recursos para Andalucía», esgrimió Moreno, quien recibía la respuesta de Díaz aludiendo a tiempos de Rajoy, en los que el Gobierno del PP pedía también estabilidad para abordar ese asunto, con el coste «político y personal» que supuso eso, se entiende que por la abstención de los socialistas.

Vox, que según su portavoz no tiene tantas cosas en común con Matteo Salvini como se dice, centró su discurso en la inmigración ilegal y en el «espectáculo inenarrable» del Open Arms, un «barco corsario bajo las siglas de oenegé» que recogió a «falsos náufragos» para que los llevara a España «un crucero chárter» (el buque Audaz). Finalmente, Moreno garantizó que su Gobierno «ni va a hacer ajustes, ni recortes ni va a entrar en déficit».