Todos los grupos de la oposición en el Parlamento andaluz asociaron ayer la reciente muerte de pacientes en las urgencias de hospitales públicos, mientras esperaban a ser atendidos, a una falta de medios que negó la consejera de Salud, Marina Álvarez, quien los consideró «casos aislados». Álvarez compareció en una sesión extraordinaria de la Comisión de Salud del Parlamento, acordada por la Diputación Permanente de la Cámara autonómica, que se encuentra de vacaciones, para informar de la muerte de una mujer de 64 años, ocurrida el 22 de diciembre en el servicio de urgencias del Hospital de Úbeda (Jaén) tras pasar 12 horas en una camilla sin ser atendida.

La consejera explicó que este fallecimiento, y el de otro paciente que murió en el hospital de Antequera, tras sufrir un ictus mientras esperaba ser atendido, han sido «dos casos aislados y desafortunados» y pidió «prudencia» a la oposición hasta que no finalicen las investigaciones abiertas. «Se trata de casos aislados, que no se deben de relacionar con un aumento de la demanda sanitaria o una falta de medios, aunque somos conscientes de que no pueden ocurrir», aseveró Álvarez.

Destacó que Salud ha sido «transparente y rigurosa desde el primer momento» en relación a ambas muertes y que «en ningún momento» ha intentado «eludir» sus responsabilidades, «que se depurarán» porque «trabajamos para evitar que estos hechos se puedan producir», remarcó. Aunque admitió que estos fallecimientos «nos obligan a reflexionar para poner en marcha mecanismos de mejora, porque hay cosas que han fallado y no queremos decir que todas las cosas se hayan hecho bien», Álvarez destacó el buen funcionamiento de la sanidad andaluza, que se ha reforzado con 900 profesionales. 6.000 profesionales asisten cada día a 30.000 personas.