Alicia Blasco, sevillana de 26 años, tenía claro que daría sus primeros pasos laborales fuera de España. Ingeniera Técnica Informática, estudió un año en Italia con una beca Erasmus y con su título ya bajo el brazo, y tras unas prácticas en Sevilla, se fue a Berlín "con una mano delante y otra detrás, solo unos ahorros, a la aventura y sin saber decir ni hola en alemán".

Antes de lanzarse visitó de vacaciones a una amiga y nada más volver se compró otro billete, pero solo de ida, en octubre de 2009. Mientras estudiaba de forma intensiva el idioma en una academia en la que aún sigue --"me queda mucho para entenderme perfectamente", dice-- trabajó en Postdam en el sector turístico y echó muchos currículos. "Es significativo que aunque Berlín es una de las ciudades con más desempleo dentro de Alemania, el mismo día que eché mi curriculum por internet para 15 ofertas de trabajo, me llamaron para hacer tres entrevistas la semana siguiente", explica, segura de que fuera de la capital, en Múnich o Fráncfort "sería todavía más fácil".

Alicia también envió su curriculum por medio de la red Eures para la macro oferta lanzada por Alemania pero encontró antes trabajo por sus propios medios, de momento tres meses como programadora web.

"Mi jefe me ha dicho que si ve que aprendo rápido me adelanta el contrato normal. Llevaban más de tres meses buscando informáticos que o pedían demasiado dinero o no tenían suficiente experiencia como programadores. Todavía no hemos hablado de dinero pero en la oferta que solicité ponía 32.000 euros al año brutos para alguien con experiencia", relata.

Alicia no duda en animar a cualquier amigo a irse a Alemania: "Primero porque soy muy pesimista respecto a la situación en España y la solución no es quedarse en casa esperando, segundo porque vivir en el extranjero siempre es una experiencia positiva y tercero, sencillamente porque aquí hay trabajo". Reconoce que "aprender alemán es una contra, no es un idioma fácil" y aunque los alemanes, sobre todo jóvenes, hablan el inglés, todas las ofertas suelen pedir algo de alemán, lo que ve "lógico".

Reconoce que en su rama supone menos handicap que "por ejemplo para un periodista". En su nuevo trabajo si no entiende algo se lo explican en inglés "y en un campo como la informática, si tienes experiencia laboral, la importancia del alemán baja y valoran más tus conocimientos". De momento lo tiene claro. "Me quedo aquí hasta que me canse o los inviernos me echen".