El presidente del TSJA, Lorenzo del Río, consideró ayer que la justicia debería suponer política y socialmente la misma «prioridad» que la educación y la sanidad, y avisó de que las demoras en su reforma «agravan» el problema y «dificultan» las soluciones. Del Río hizo estas reflexiones durante la presentación de la memoria 2016 del alto tribunal andaluz, cuyo análisis judicial recoge que las «deficiencias» advertidas en ejercicios anteriores acumulan ya «más de un lustro esperando». El presidente señaló que la clase política ha de ser consciente de que invertir en justicia «no es un gasto» y lamentó el mantenimiento de un sistema de organización «insostenible y poco operativo». En su opinión, la justicia debe salir del debate político y sí crear consensos para que los políticos «se pongan de una vez por todas» a reformar las leyes, especialmente en materia penal y organizativa.

Del Río también defendió un refuerzo de los profesionales encargados de la elaboración de pruebas periciales durante la fase de instrucción de macrocausas para agilizar los procesos judiciales.