El Gobierno andaluz mantiene la idea de consensuar en el Parlamento la figura del comisionado de la Memoria Democrática y tiene la intención de buscar el consenso de los grupos políticos sobre la persona que ocupará esta responsabilidad. Así lo informó ayer el vicepresidente de la Junta y consejero de Presidencia y Administración Local, Manuel Jiménez Barrios, a un grupo de periodistas tras prometer el cargo en el Palacio de San Telmo, sede de la Presidencia de la Junta.

Se trata de uno de los compromisos adquiridos por la presidenta durante el debate general sobre la situación de Andalucía, una propuesta que quedó frustrada por las fuertes discrepancias de IU y el PCA a que Diego Valderas, que finalmente desistió, ocupara este esta responsabilidad.

Uno de los cambios principales de competencias del nuevo Ejecutivo andaluz que ha diseñado Susana Díaz es la integración de Memoria Democrática en la Consejería de Presidencia y Administración Local. «La intención, dado que ha sido una ley (la de Memoria Democrática) refrendada por la inmensa mayoría del Parlamento, es intentar darle un rango de institucionalidad en beneficio de la propia ley», declaró el vicepresidente.

En una entrevista en Canal Sur Radio recogida por Europa Press, Susana Díaz indicó que no ha hablado con Valderas después de anunciar la creación de ese comisionado durante su comparecencia en el Parlamento. Consideró que se trata de un «político extraordinario», con un reconocido prestigio, que fue su vicepresidente en la Junta. Para la presidenta, la nueva política debe ser que «cuando alguien vale, no importa en qué partido milite» y quiso dejar claro, tras la polémica que se ha suscitado por el hecho de que Diego Valderas pudiera ser la persona propuesta para estar al frente del comisionado, que ella no va a entrar en «más debates nominalistas» y que los nombres «no deben estar por encima de la ley».

El líder de IU Andalucía, Antonio Maíllo, dijo ayer que la presidenta de la Junta «ha hecho el ridículo» al intentar «engañar» a su formación con la propuesta de comisionado para la Memoria Democrática a Diego Valderas, y destacó la «firmeza y cohesión» de la federación de izquierdas. Maíllo señaló a los periodistas que celebran el «final feliz» de este asunto después de que Valderas haya renunciado a «un no puesto», y agregó: «Aceitunilla comida, hueso tirado».

Subrayó la «gravedad» de que Díaz haya «mentido» al llamarle a él para tenderle una «trampa» y después construir «un relato» que difundió a través de los medios diciendo que iba a nombrar comisionado a Valderas «cuando no existe esa figura en la ley». Destacó que esa figura nadie la ha reclamado y que se había asumido que el debate se superó con la figura del director general, «que tiene mucho más rango».

«Esa mentira se desmontó cuando en la comparecencia ni se votó, ni se dijo a quién se iba a nombrar para el cargo y solo se atrevió a decir que iba a hacer una propuesta de modificación de la ley que nadie quiere para septiembre», abundó Antonio Maíllo, quien consideró que su creación sería «retrotraernos a una situación anterior y de mayor debilidad para desarrollar la ley de memoria».