El Gobierno andaluz aprobó ayer una rebaja progresiva en cinco años del tramo autonómico del impuesto de la renta de las personas físicas para equiparar la cuota autonómica a la estatal en el IRPF, lo que supondrá la «devolución al bolsillo» de los contribuyentes de 149 millones anuales a partir de 2023. El consejero de Hacienda, Industria y Energía, Juan Bravo, informó de que la reforma fiscal, fruto del acuerdo de Gobierno con Ciudadanos y de investidura con Vox, contempla la bonificación al 99 % del impuesto de sucesiones y donaciones para cónyuges y familiares directos y la rebaja del impuesto de transmisiones patrimoniales para familias numerosas y el de actos jurídicos documentados.

El coste presupuestario de estos dos últimos impuestos será de 10,7 millones este año, y el impacto en las arcas públicas de la reforma del IRPF y Sucesiones y Donaciones (85 millones en cinco años) se elevará a 235 millones en el año 2023.

La merma de ingresos fiscales se compensará con una mayor recaudación, que el consejero no cuantificó ayer, aunque se mostró confiado en que se produzca, basándose en la experiencia en España cuando se han bajado impuestos, y también con una mayor eficiencia en la gestión de los recursos públicos. El consejero insistió en que es necesario probar una fórmula distinta de gestión de los recursos porque «no ha funcionado bien» el «agravio fiscal» que han aplicado durante 37 años los gobiernos socialistas, «ya que no ha sacado a la comunidad de la cola en los indicadores de PIB per cápita y de desempleo», entre otros, informa Efe.

En cuanto a la reforma del tramo autonómico del IRPF, se reducirán de ocho a cinco. El primero, el de las rentas más bajas, pasará del 10% al 9,5%; el segundo, de 20.200 euros a 35.000 euros, pasa del 16,5% al 15%; el tercero, de 35.200 a 60.000 euros, del 19% al 18,5%, y a partir de 60.000, pasa del 23,5% al 22,5%. Se elimina el tramo para rentas a partir de 120.000 euros, por lo que el tipo impositivo máximo pasará del 25,5 al 22,5%.

El primer tramo de la tarifa autonómica del IRPF empezará a reducirse en este ejercicio y alcanzará su tributación definitiva en 2020, por lo que no tendrá impacto presupuestario hasta 2021. En el impuesto de sucesiones y donaciones Andalucía pasará a ser una de las comunidades con mayor gravamen al grupo con menor. En el impuesto de transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados, los potenciales beneficiarios son unas 130.000 familias numerosas a las que se les aplicará un tipo reducido por la compra de vivienda. El impacto de esta medida en la recaudación es de tres millones de euros y el objetivo es mejorar los incentivos a las familias.

APLAUSO DE LOS EMPRESARIOS / El presidente de la Asociación Profesional de Trabajadores Autónomos de Andalucía, Rafael Amor, cree que las medidas son «el camino a seguir, una auténtica revolución fiscal que conllevará un efecto dominó, ya que nuestra economía se dinamiza, permite a los andaluces disponer de mayor liquidez, se incrementa el consumo y con ello, se eleva directamente la actividad de los autónomos, con lo cual muchos de ellos tendrán que contratar».

La Confederación de Empresarios de Andalucía cree que «se beneficiarán también las empresas andaluzas y los autónomos, equiparando gradualmente la fiscalidad con la de otras comunidades, facilitando la competitividad y la mejora de la inversión y el empleo en Andalucía».

El presidente de Asaja Córdoba, Ignacio Fernández de Mesa, considera «una muy buena noticia» la eliminación del impuesto de sucesiones y donaciones.