Nerviosismo, desconcierto y preocupación son las sensaciones que han transmitido algunos de los inmigrantes internados en el centro penitenciario de Archidona (Málaga) a los representantes de las organizaciones sociales que han podido acceder a ellos poco después de su ingreso. La abogada y presidenta de Málaga Acoge, Arantxa Triguero, es una de los tres letrados que pudo entrevistarse el pasado martes con una decena de inmigrantes previamente identificados, con ayuda de dos intérpretes de francés y árabe.

«Estaban todos preocupados porque querían llamar a sus familias» y en ese momento no había teléfono, algo que al parecer ya se ha solucionado, y desconcertados porque no sabían el lugar en el que se encontraban. Ante el desconocimiento de los internos, les explicaron que se encontraban en un centro penitenciario y que «hay mucha gente detrás» para ayudarles.

Los internos llegaron en fila para reunirse con los abogados, con los que pudieron hablar a través de mamparas de cristal, «como en los centros penitenciarios», aunque en los centros de internamiento de extranjeros (CIE) «teóricamente no tiene que ser así». Durante el encuentro, que tuvo lugar en dos grupos de cinco «porque no teníamos -indicó- tiempo», éstos se mostraron nerviosos por la situación y porque querían hablar con sus familias, expresaron que querían fumar y uno de ellos que «se quería volver».

Por otro lado, el sindicato de prisiones Acaip ha presentado dos denuncias penales ante los juzgados de Archidona (Málaga) y Vera (Almería) para «solventar la intolerable situación» que supone el internamiento de inmigrantes en un centro penitenciario y exigir su puesta en libertad. Por su parte, Cáritas se quejó ayer al Defensor del Pueblo por el internamiento.