El rey Felipe VI visitó ayer la base aérea de Armilla (Granada) y el Ala 78, donde en 1996 se formó como piloto de helicópteros, en un recorrido en el que conoció las instalaciones y las actividades de formación del aeródromo. Acompañado por el jefe de Estado Mayor del Aire, el general Javier Salto Martínez-Avial, el Rey fue recibido en el hangar de helicópteros por la escuadrilla de honores antes de recibir información detallada sobre la historia, estructura y funcionamiento de la base aérea, que fue inaugurada en 1922 y es considerada, junto al aeródromo militar de Cuatro Vientos (Madrid), una de la más antiguas de España en uso.

Durante la visita, la primera que hace como Rey a esta base aérea, conoció además de cerca la función y las actividades actuales de la escuela de helicóptero del Ala 78, donde en 1996, siendo ya capitán, se formó como piloto de este tipo de aeronaves.

El Ala 78, creada en 1980, tiene como misión principal proporcionar los conocimientos teóricos y prácticos para el pilotaje de helicópteros mediante cursos formativos y de mecánico de este tipo de aeronaves. Se trata de un centro en el que se imparte tanto enseñanza militar de perfeccionamiento como enseñanza de formación, la primera de ellas dirigida no solo a alumnos de las Fuerzas Armadas, sino también de la Guardia Civil y de países extranjeros.

Además de ofrecer dos tipos de curso -piloto de helicóptero e instrumental de helicópteros-, el Ala 78 tiene también entre sus misiones las relacionadas con la búsqueda y salvamento y con el «reentrenamiento» de otras unidades, según las explicaciones facilitadas por Fernando Pérez, comandante jefe de la patrulla Aspa. Dispone de ocho helicópteros HE-24 Sikorsky S-76C, con los que se realizan los cursos instrumentales, y otros 14 Colibrí, utilizados para la los cursos de pilotos.