El Juzgado de lo Penal 10 de Sevilla ha condenado a seis años de cárcel a J.H.M., papa de la Iglesia Católica Palmariana entre 2011 y 2016 con el nombre de Gregorio XVIII, por un delito de tentativa de robo con violencia e intimidación y dos delitos de lesiones, aunque ha suspendido la ejecución de la pena durante cinco años, por lo que no irá a prisión.

El juez también ha condenado a la esposa de J.H.M., N.A.T.G., a cinco años de prisión por los mismos delitos y con la misma agravante de disfraz, y ha suspendido la pena durante otros cinco años después del acuerdo entre las distintas partes, que ha contado con la conformidad de los encausados, la Fiscalía y la acusación particular.

También ha sido enjuiciado por un delito de lesiones un religioso palmariano, A.R.M.G., conocido como padre Silvestre, a quien el tribunal ha absuelto, en consonancia con lo que solicitaba el Ministerio Público, al aplicarle la eximente completa de legítima defensa.

Además, el juez ha impuesto al expapa y a su esposa la prohibición de acercarse a menos de 300 metros del templo de El Palmar de Troya (Sevilla) durante diez años y la prohibición de aproximarse a menos de 300 metros del padre Silvestre y de otro religioso, el padre Jesús María, durante nueve y siete años, respectivamente. Los condenados deberán pagar solidariamente una indemnización de 5.604,80 euros al padre Silvestre y de 27.368,26 euros al padre Jesús María.

El caso tiene su origen en lo ocurrido el 10 de junio de 2018, cuando los dos acusados entraron en las instalaciones de la Iglesia Palmariana con el «ilícito propósito» de apropiarse del dinero recaudado por la orden.

El ex sumo pontífice de El Palmar y su mujer, una exmonja de la orden, se valieron de una escalera telescópica para sobrepasar el muro perimetral del recinto y, aprovechando que conocían los horarios de la orden, se escondieron hasta que, ya por la tarde, entraron en la imprenta ocultando sus rostros con pasamontañas y llevando una navaja, dos caretas de payaso, bridas, cinta americana, dos alicates y una palanqueta. El expapa y su pareja fueron sorprendidos entonces por el padre Silvestre y comenzó un forcejeo en el que todos acabaron con distintas heridas, al igual que el padre Jesús María, que acudió en auxilio de su compañero.