Marta Domínguez (35 años y licenciada en Administración y Dirección de Empresa) hubiera hecho ya las maletas desde Cádiz a Alemania de no tener una niña de 3 años. Pero al mismo tiempo, ser madre es lo que más la impulsa a buscar empleo fuera. "Aquí los empresarios, no saben llevar una empresa, solo se enriquecen a base de explotar al trabajador y yo no estoy dispuesta a tener esas condiciones de vida ni quiero eso para mi hija", dice.

Marta ha echado el currículum para irse a Alemania porque durante la carrera estuvo de Erasmus en Munich y tres años después volvió a Berlín con una beca para hacer prácticas. "Si esta crisis me llega a pillar allí, yo no me vuelvo, allí hay más derechos sociales, aquí ni conciliación ni nada, te contratan por ocho horas y se presupone que tienes que echar horas extra sin cobrarlas, aguantar gritos y malos modos, condiciones que tienen poca diferencia con la esclavitud. Y en vez de mejorar vamos para atrás", dice.

Tras trabajar para bancos, empresas privadas y como orientadora laboral, el pasado junio se quedó en paro. Su pareja trabaja en la construcción montando andamios con contrato indefinido pero "eso ahora no significa nada".

Reconoce que si hubiera estado sola ya se habría marchado por su cuenta a buscarse la vida. Pero con la familia es más difícil asumir tanto riesgo. Al ver la oferta alemana y dada su experiencia y conocimientos del idioma, no se lo pensó dos veces y pese a que hace unos días ha vuelto a encontrar un empleo temporal, si la llaman se iría sin dudarlo porque "esto es pan para hoy y hambre para mañana". Su idea es irse primero ella y en cuanto pueda llevarse a su hija y a su pareja. "Si me voy y van las cosas bien, a mí que no me esperen aquí", asegura.

Oportunidades

"Tal como están las cosas en España, la salida que veo es o estudiar oposiciones o irme a Alemania si me dan la oportunidad", dice Marta, que se muestra pesimista respecto a la evolución de la economía y el mercado laboral en España. Para ella, no solo cuentan las diferencias salariales sino los derechos y condiciones sociales. "En Alemania son mucho mejores y aquí vamos para atrás. Lo vi cuando estuve allí. Yo estuve a gusto, si me pilla ahora no me vuelvo y de hecho me arrepiento de haberme vuelto", subraya Marta, harta de una vida laboral repleta de empleos temporales y altas y bajas.