El alcalde de Córdoba, Andrés Ocaña (IU), quiso hoy dejar claro a los vecinos de la calle Alfaros, que han protagonizado una serie de protestas por las molestias del tráfico, que esta vía no cuenta con restricciones al tráfico, tal y como refleja el Plan de Accesibilidad al Casco Histórico.

En rueda de prensa, el alcalde explicó que la situación actual de esta calle es transitoria, por lo que una vez que acaben las obras de la calle Alfonso XIII, el tráfico se aminorará, ya que, por ejemplo, los autobuses urbanos volverán a su circuito anterior.

Según informó, en estos meses el tráfico en esta calle ha pasado de 5.900 a 6.400 vehículos diarios, si bien insistió en que esta cifra disminuirá una vez que también se realicen algunas modificaciones de tráfico, por lo que pidió paciencia a los vecinos.

Por otro lado, el alcalde, que hizo hoy una valoración sobre la actualidad municipal, habló también de la responsabilidad de las parcelaciones ilegales, sobre lo que precisó que tanto IU como PSOE y PP han gobernado en la ciudad, pero no se pueden negar los tiempos y que las parcelaciones afectadas por la crecida del río Guadalquivir tienen su fecha, refiriéndose así al periodo en el que gobernó el PP en Córdoba (1995-1999).

Ocaña se basó en un documento municipal que, por ejemplo, refleja que en la parcelación Pilar de la Vega, en la barriada periférica de Alcolea, existían entre 210 y 300 edificaciones en el año 2000 y actualmente el panorama es muy similar. Asimismo, señaló que en ese mismo año existían unas 100 viviendas en el entorno del aeropuerto, en concreto en las parcelaciones de Fontanar de Quintos o La Altea.

De este modo, el regidor municipal apuntó que "la realidad es la que es, no hay que eludirla o amenazar a nadie para trasladar la responsabilidad hacia los demás", refiriéndose así al portavoz del PP, José Antonio Nieto, quien en el último Pleno municipal dijo al primer teniente de alcalde, Rafael Blanco (PSOE), que o demostraba que con el PP en la Alcaldía fue cuando mayor número de parcelas se construyeron o le llevaría a los tribunales.

Para Ocaña, la crítica es algo normal y quien no la asume, "no acepta la esencia de la democracia".