La presidenta andaluza en funciones, Susana Díaz, alertó ayer de que, si Cs pone la gobernabilidad de Andalucía en manos de Vox, después hará lo mismo con el Gobierno de España.

«Los que hablaban de que venían a regenerar la política se tendrán que hacer ver si quieren ser los Salvini que pongan en estos momentos en manos de la extrema derecha, primero andaluza y después española, el futuro de millones de ciudadanos», afirmó Díaz a su llegada al Congreso para celebrar el 40 aniversario de la Constitución.

Tras reafirmarse en que, si no consigue ser investida, se quedará en el Parlamento andaluz liderando la oposición, sostuvo que esa es su «obligación» y «lo mínimo» que puede hacer para que el más de millón de andaluces que la han votado se sientan «orgullosos».

En ese punto, aprovechó para criticar a «aquellos que dicen si no soy alcalde o alcaldesa me voy».

Díaz, que la semana que viene abrirá una ronda de contactos con los partidos que obtuvieron representación parlamentaria en las elecciones del pasado domingo, a excepción de Vox, pidió que «no haya vetos entre los partidos constitucionalistas, ni líneas rojas», como --recordó ayer-- empezó a poner el presidente de Cs, Albert Rivera.

No obstante, dijo que no le parece «normal» que a ella, que ha ganado las elecciones, se le pida que se abstenga para que el candidato de Cs, Juan Marín, que ha quedado en tercera posición, sea investido presidente. «Lo normal en una democracia es que el tercero no le pida al primero que sea abstenga, sino que el primero le pida al tercero: ‘oiga, absténgase usted’», argumentó.

La presidenta y secretaria general de los socialistas andaluces hizo hincapié en que le preocupa «muchísimo» la violencia en la calle y el clima de «insultos» y «desprecio» a los representantes institucionales que se vive desde hace semanas en Andalucía.