La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) plantea una línea de financiación europea, que se encuadraría dentro de la iniciativa LifeWatch, para paliar las pérdidas del suelo en la cuenca --especialmente recurrente en zonas de olivar-- como consecuencia de la erosión. Ésta, según precisaron fuentes de la Confederación, surge como consecuencia de las prácticas agrícolas en la tierra, actividades en las que, como administración, no tienen competencia directa. El pasado año el ente sí daba cuenta de la conformación de un grupo de trabajo que incluía, además de a representantes de la administración, a otros agentes como ambientalistas o universidades, al objeto de paliar las pérdidas de suelo. Se trata, según explicaba entonces el presidente de la CHG, Antonio Ramón Guinea, de un problema «grave», pues ha empeorado por las cambios de cultivo y las formas de agricultura «que han hecho avanzar estos procesos». En este sentido, Ramón Guinea ponía el ejemplo del olivar, un cultivo con mucha presencia en Andalucía, sobre todo en la vertiente oriental, y que supone una «bendición», si bien las nuevas metodologías han impuesto un cambio de disposición de los terrenos y casos tales como que «donde antes había un cereal ahora hay arboleda».

El problema, que se deja ver especialmente en aquellas provincias que cuentan con más hectáreas de olivos --Jaén, Córdoba y Granada--, no es baladí, en tanto que el río, al llevar barro y limo, anega canales y atasca filtros y embalses, que pierden capacidad: llegan más sólidos al estuario, por lo que también se trata de un problema de calidad de las aguas, y se pierde fertilidad en el suelo. Hay algunos sitios donde hay más de 80 toneladas por hectárea y año de pérdida de suelo fértil.