Antonio Maíllo, hasta ahora líder andaluz de IU y parlamentario por Adelante Andalucía, explicó ayer que su decisión de dejar la primera línea de la política responde a que «este estrés es incompatible con la calidad de vida», toda vez que reivindicó una política que se convierta en una actividad «que permita conciliar la vida humana, la salud y el bien vivir». Así, llamó a la reflexión para que estar en un puesto de responsabilidad política «no suponga estar en la tensión permanente o en vivir del susto-muerte». Maíllo confirmó que deja tanto la coordinación de IU-CA, cargo al que accedió hace seis años, como el escaño en el Parlamento andaluz, por motivos personales, si bien la decisión de anunciarlo ahora ha respondido al momento político, dado que quería cerrar el ciclo electoral que terminó con las elecciones municipales del 26-M «por responsabilidad» con la organización. Recordado que sufrió un cáncer de estómago que superó y que ahora está bien. «Tengo energía y no hay problemas de salud, pero no me la quiero jugar, no me lo perdonaría», resaltó.

También señaló la coherencia que siempre ha marcado su discurso defendiendo que la política es temporal y que ahora vuelve a las aulas, a dar clases de Latín en el Instituto de Educación Secundaria de Aracena. «Me he dejado la piel y algo más, se me pueden criticar errores pero no la dedicación que he tenido, que ha sido a tiempo completo», subrayó, para indicar que se queda con el cariño que ha recibido de la militancia y de los simpatizantes. «Me encuentro como un niño con zapatos nuevos», subrayó Maíllo.