La pausa en la pelea por el liderazgo del PSOE andaluz ha durado el tiempo que ha tardado el secretario general Pedro Sánchez en ser investido presidente y formar gobierno. Cada vez son más los que se muestran convencidos de que la nueva etapa de la federación más importante del partido no pasa por Susana Díaz, y empiezan a surgir voces que no sólo se muestran proclives a dar el paso para sucederla, sino que además marcan distancia. El primero en abrir la veda públicamente ha sido el alcalde de Sevilla, Juan Espadas, quien en un acto en Madrid respaldado por la plana mayor del 'sanchismo' en Andalucía recurrió a la eufemística fórmula del 'estaré a lo que decidan los militantes" en la búsqueda de 'un proyecto ganador".

Espadas, 'un candidato muy sólido" a ojos del 'sanchismo' andaluz, se suma así a una quiniela que encabeza la ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, a la que muchos contemplan como mejor alternativa para aspirar a la Presidencia del Gobierno andaluz aunque no tanto como líder orgánico. Algunos sectores también mueven el nombre de Felipe Sicilia, diputado por Jaén, una de las agrupaciones más fuertes en el socialismo andaluz, pese a que la dirección federal no lo considera una opción de peso para aglutinar al partido.

Sin embargo, la lista de nombres no hace sino evidenciar la fragilidad cada vez mayor del 'susanismo', como deslizan desde Ferraz. Incluso en la agrupación de Sevilla, supuestamente controlada con mano de hierro por Díaz. Pero aunque hay muchos grupos críticos, no todos son sanchistas, y sólo les une ese enemigo común. Es el caso de Mario Jiménez, antaño portavoz en la Cámara autonómica y purgado tras la reorganización acometida en el grupo parlamentario para acomodarse en la oposición.

TIBIEZA 'SUSANISTA'

La expresidenta de la Junta y secretaria general del PSOE andaluz ya no es percibida por muchos ni como un valor en alza ni un activo con el que recuperar la Junta de Andalucía. El último barómetro de opinión del Centro de Estudios Andaluces la situaba como una de las líderes peor valoradas de la región, sólo por detrás del candidato de Vox a la Junta, Francisco Serrano. Y quienes fueron sus más férreos puntales en el partido hoy se muestran, cuanto menos, significativamente discretos sobre el liderazgo de Díaz. 'Somos muchos los que estamos ahí. Cuando lleguemos a ese río cruzaremos el puente y analizaremos, y el que quiera presentarse tendrá las puertas abiertas porque es militante del partido", apuntó este jueves el secretario general en Jaén, Francisco Reyes, al ser interrogado por los candidatos. En la misma línea, el líder provincial de Málaga, José Luis Ruiz Espejo, a quien Díaz designó para el cargo en detrimento de Miguel Ángel Heredia, trató de echar balones fuera ante la pregunta de si es la mejor candidata a la Junta. 'Llegado el momento, ella decidirá", zanjó. Ni rastro del indubitado apoyo de otras épocas.

Aunque algunos quieran dar la batalla antes, ésta no llegará hasta el congreso andaluz, que se estima será en verano, justo después del federal. Todo apunta a que habrá primarias, con la duda aún de si todos los oponentes se unirán en una candidatura de consenso. En cualquier caso, como recordó Díaz esta semana, la decisión final estará en manos de los 45.000 militantes del partido, y a diferencia de los otros candidatos, ella cuenta con capacidad de convocar actos en cualquier rincón de Andalucía. De hecho, la todavía secretaria general ya se prepara para esas primarias y se ha centrado los últimos meses en reunirse con las direcciones provinciales y visitar pueblos y gente, lo que mejor sabe hacer, mientras su equipo se encarga de arremeter contra el Ejecutivo del PP y Cs.