Su corazón se fue apagando desde el 2015. Ese año tuvo una parada y pasó momentos muy delicados. Coincidió con el primer año del Córdoba en Segunda tras el descenso desde la máxima categoría. Desde entonces, el club entró en un lento decaer hasta la Segunda B, languideciendo como lo hacía el corazón de Valeriano Mínguez (33 años), abonado de Fuente Carreteros que el pasado viernes se llevó una gran sorpresa. Sus amigos Pepón, Juanfe y Chiqui le trajeron su carnet renovado al hospital Reina Sofía, donde lleva casi un mes ingresado tras su exitoso trasplante.

Valeriano con sus amigos en El Arcángel. / CÓRDOBA

Ahora, Valeriano tiene un nuevo corazón. Renueva sus latidos al son de una nueva época en el club. «El corazón de antes era blanquiverde, pero ahora tiene más fuerza», explica ilusionado, en la planta del hospital, con su bata verde encima de una camiseta del Córdoba. Apenas puede andar todavía. Ha perdido mucha musculatura en las piernas tras estar ingresado desde el 17 de marzo, ocho días después de casarse con Estefanía, que le acompaña en todo momento. También están sus padres, sus hermanos y sus suegros, que sonríen y sacan fotografías mientras Valeriano, con la mascarilla puesta y un hablar aún esforzado, explica que «somos cordobesistas a tope, estamos dando siempre el callo en El Arcángel».

Se ha recorrido 50 kilómetros de ida y otros tantos de vuelta cada partido con su pandilla, aunque sus fuerzas iban menguando cada año que pasaba. Pero acudió al partido de la salvación del 2018 ante el Sporting. «Fue una fiesta brutal que pude vivir, el ambiente fue espectacular y lo dimos todo desde primera hora. Ahí estaba malo pero todavía tenía muchas fuerzas, fue de locos». Eso sí, tenía el corazón «muy alterado por los nervios y la emoción». Su médico, el cardiólogo Amador López, le dejó ir al estadio porque «también es del Córdoba, aunque está en otra grada».

DESPEDIDA DE SOLTERO Y BODA BLANQUIVERDES

Meses después, ya en marzo del 2019, organizó una despedida de soltero en la que se vistió para la ocasión y posó con un cartel con el escudo del Córdoba y el lema «solo para valientes». Le venía que ni pintado a Valeriano, luchador que ha resistido los embates de una enfermedad tan dura.

Su despedida de soltero fue muy blanquiverde. / CÓRDOBA

Recuerda con emoción aquella eliminatoria de Copa del Rey en La Rosaleda ante el Málaga, su mejor momento lejos de El Arcángel. «Lo pasamos muy bien, nos llevamos pelucas y llamamos un poco la atención, encima ganamos y el ambiente fue genial».

Valeriano y su mujer Estefanía en La Rosaleda / CÓRDOBA

Ahora, con su carnet y su corazón renovados de sentimiento y vitalidad blanquiverdes, afronta una larga recuperación con el apoyo de los suyos. Y deseando regresar a El Arcángel para ver a otro gran amigo, casi otro hermano, su Córdoba CF. «Nada más que subir las escaleras va a ser un gran alivio, estoy deseando ir y creo que alguna lagrimilla se me puede escapar».

No podrá hacerlo en los primeros partidos, porque tendrá que seguir ganando en movilidad y en recuperación de su nuevo corazón. Pero ya sueña con estar plenamente recuperado allá por junio de 2020, mes en el que el Córdoba podría subir a Segunda, si pasa el play-off. «Yo creo que saltaría con mis amigos al campo, sería una enorme ilusión volver otra vez a Segunda, ojalá». Sonríe imaginándolo, con el escudo del Córdoba pegado a su pecho. Y recuerda que todo se lo debe a su donante. «Donar es regalar vida», explica. Y su caso, su ejemplo, le regalan vida y esperanza al Córdoba CF.