--¿Cómo fueron tus comienzos en el mundo de la danza?

--Empecé con tan solo dos años bailando flamenco, y con ocho entré en el Conservatorio Profesional de Danza de Córdoba Luis del Río. A los 17 años me gradué en la especialidad de Danza Clásica.

--¿Qué vino tras terminar el conservatorio?

--Hice la audición para el Centro Andaluz de Danza de Sevilla (CAD) y fui seleccionada para el taller de Danza Contemporánea. A partir de entonces empezó la mejor etapa de mi vida como bailarina. El CAD me ha ayudado a crecer en esta profesión como persona y como bailarina. La danza contemporánea me abrió un mundo de sensaciones totalmente nuevo a la hora de bailar y me ha hecho sentir mejor que nunca.

--¿Y tras el CAD?

--Decidí irme a vivir a Londres para moverme por las compañías de allí y ver si encontraba mi lugar en alguna de ellas. Me fui sola y no conocía a nadie. Por las mañanas iba a bailar de nueve a dos, y por las tardes trabajaba en una cafetería para pagarme el piso y las clases. Cada día le escribía a compañías solicitando audiciones privadas y, finalmente, pude tomar clases con Tavaziva Dance Company y con Wayne McGregor/Random Dance. A su vez, hacía todas las audiciones que salían tanto en Londres como en España y Europa. Después de ocho meses viviendo en Londres y de una etapa llena de trabajo, decidí volver a España. Volví sintiéndome triste, confusa, y sobre todo perdida, pero continué haciendo audiciones y tomando todas las clases posibles. Pero quién me iba a decir que dos meses después me esperaría una gran sorpresa.

--¿Qué ocurrió?

--Buscando audiciones por Internet, vi que la Compañía Paul Taylor Dance Company de Nueva York ofrecía dos becas para su próximo curso intensivo de verano durante el mes de julio. Solo había disponibles una plaza para un chico y otra para una chica. La audición consistía en mandar una carta de motivación y un vídeo bailando. Mandaron vídeos unas cien personas. Yo pensaba que era imposible que me cogieran. Cuál fue mi sorpresa cuando me dijeron que yo había sido la chica seleccionada para irme a bailar a Nueva York. Por fin la oportunidad que estaba esperando. Teníamos clase desde las 9:30 de la mañana hasta las 15:00 horas de la tarde y cada viernes teníamos actuación para mostrar el repertorio de la compañía que aprendíamos durante la semana. Hace tan solo una semana que volví de Nueva York, y no tengo palabras para describir la compañía, la gente, la ciudad y todo lo que he aprendido. Estoy muy contenta porque veo que poco a poco voy subiendo escalones y estoy más cerca de lo que quiero.

--¿Qué planes tienes para el futuro?

--En septiembre haré las pruebas para acceder al Conservatorio Superior de Danza de Valencia, para estudiar Coreografía e Interpretación de la Danza Contemporánea, y sobre todo, cómo no, seguir haciendo todas las audiciones posibles, porque bailar profesionalmente es lo que realmente quiero. Pero tampoco quiero estructurar mi vida porque cuando menos lo esperas... ¡aparece una oportunidad y todo cambia!