«¿Y si antes de cumplir 30 años vamos a dar la vuelta al mundo?». Así comienza la aventura de la cordobesa Candelaria Reymundo Santos y su pareja, Greg, tras iniciar su viaje en diciembre del año pasado en las islas británicas de Jersey. Trouvaille define a la perfección la idea de lo que quieren transmitir con sus tazas. Significa hallazgo, un encuentro inesperado con algo que se considera excepcional, descubierto por accidente o no. Arriesgaron todos sus ahorros, «en vez de casarnos o comprar un piso», reconoce, para lanzar una empresa dedicada a la venta de tazas del mapa del mundo, Europa y EEUU con el fin de colorear cada país que se haya tenido la oportunidad de visitar. Es sencillo y novedoso, pues «nos dimos cuenta de que no había nada parecido», dice su precursora. Solamente hay que pintarlo e introducirlo en el horno. La iniciativa surge por una razón práctica: ser un apasionado de los viajes y una cuestión de espacio. «Cada vez que viajamos, nos llevamos una taza de cada sitio del mundo y ocupaba muchísimo espacio», recuerda.

Es un objeto cosmopolita, hecho a semejanza de su inventora. Esta peculiar taza tiene la forma del globo terráqueo, con capacidad para medio litro. Su diseño y distribución son británicos, se fabrica en Polonia, el diseño del envoltorio es portugués y los rotuladores, de Alemania. Un producto comprometido con el medioambiente. «Se han buscado fabricantes que produjeran de forma sostenible», comenta Candelaria. Su precio es de 22 euros y se pueden adquirir desde cualquier parte del mundo a través de su web www.trouvailleglobal.com. Se encuentran en tiendas físicas tan remotas como Estados Unidos o la República Checa, aunque espera y desea que pronto lleguen a España.

«En una lluvia de ideas», a una traductora intérprete cordobesa y un gestor de ventas internacional polaco se les ocurrió un plan que lleva ya cerca de 5.000 tazas vendidas y se entusiasman con ello . Se conocieron en su etapa de Erasmus y el trabajo de Greg en Londres propició que Candelaria hiciera las maletas. Se centró como autónoma en el mundo de la traducción, y actualmente sigue en la labor, aunque de manera menos intensa. «Aquí la situación estaba muy mal, soy joven y todavía tengo cosas por experimentar», dice la mente encargada de la parte creativa y de marketing de la empresa. El problema llega cuando un culinquieto deja su papel de nómada. «Sabía que no me quería asentar allí para siempre y empecé a necesitar otra cosa». Tras cinco años en Londres, necesitaban un cambio, y su pareja optó por dejar su trabajo y enfrentarse a esta nueva aventura. «Las circunstancias me pedían un cambio», confiesa Candelaria. Ha optado por sumarse a esa ola en las redes sociales de marcar de una manera diferente los viajes realizados. Se muestra expectante a la vez que dubitativa por el futuro. De momento, solamente piensa en su negocio y en nuevas ideas para Trouvaille. «¡Si me dicen hace cinco años que ahora voy a tener una empresa de tazas no me lo creo!», exclama esta trotamundos. Su próximo objetivo, tras un parón, será completar de color una taza recorriendo Camboya, Laos, Vietnam, Alaska e incluso África si el tiempo lo permite. «Animo a todo el mundo a que se arriesgue y se dé la oportunidad de vivir una vida diferente de la que establece la sociedad», aconseja Candelaria. Aquellos que se muestren indecisos sobre vivir nuevas experiencias, deberían sentarse a hablar con Candelaria para cambiar su percepción, eso sí, junto a una taza llena de colores y vivencias que recordar.