Lo mismo que Salomé en estos días pasados es noticia tras ganar en Eurovisión hace ya medio siglo, yo también vivo cantando, vivo contando. Buenos recuerdos aquellos, aunque sea en blanco y negro, que a veces el blanquinegro es más bueno que el color si aquel color es difuso.

Vamos a ver, cordobeses, sigo contando, cantando, cuando de Córdoba se trata. Por ejemplo, decirles, que Alejandro Sanz, que tanto gusta de Córdoba y de su gente, pues ahora vende guitarras, con su firma y con su forma. Ya tienen nombres distintos, como Cai, Alma, Manuela o Triana. Un luthier de Sevilla las ha elaborado con el diseño del cantante.

Y esta semana, Barack Obama ha estado tan cerca, ahí mismo, en Sevilla. He repasado despacio sus tapas preferidas por la ciudad cercana y no he visto flamenquines, ni tampoco nuestro salmorejo, que aquí le teníamos, me entero, uno muy bien preparado, a base de lo de siempre, y un punto de chocolate, para darle el toque de gracias.

Pero, en fin, otra vez que nos quedamos con la gana. Aunque Córdoba, ya saben, es primera también en lo del turismo. Que le pasa lo que a Finito de Córdoba, que últimamente cuando de él se escribe y se critica, se dicen destellos. Que en Córdoba son resplandores, como en lo de la Fundación pro Academia de Córdoba, que ahora mismo me apunto, querida Rosa Luque; ya sabes que podéis contar conmigo. Noticia grata también la de nuestra Macarena Gómez, que sigue creciendo en el arte de Talía. Destellos que aún relucen, después de haber expuesto en Córdoba el pintor de Baena Paco Ariza, que ha regresado a su estudio del campo, con sus últimas libélulas de cristal y viento. Suerte maestro y adelante aun cuando el corazón de vez en cuando te asuste.

Busco en el libro, formidable, de nuestro Alfredo Asensi sobre Manolete, una joya a propósito de lo de México y su presidente Lopez Obrador en relación con España.

Y puedo decir de veras que Manolete, ese gran español, fue un gran regalo para México, y la prueba me la dio, ni más ni menos, que Cagancho, al que llevé a la plaza más grande del mundo, la de México DF, para hacerle una entrevista y me dijo, elegante, gitanísimo de leyenda:

-¡Ay, paisano, si usted hubiera visto como yo aquellas tardes del maestro don Manuel en esta plaza! Fue el mejor embajador en México en aquellos tiempos difíciles. Le quiso todo el mundo.

Palabra del torero Cagancho. Que hoy es bueno recordar sobre todo cuando soplan fuertes vientos. Vivo cantando, vivo contando, vivo soñando…

Y enhorabuena a esa feria de la caza, la primera feria de la montería, que se ha organizado en Obejo. Por cierto, aunque es seguro que ya se lo he dicho a ustedes, que el caballo de Hernán Cortés se llamaba Cordobés, el caballo que fue tan importante en la conquista de América, porque sin él no habría sido posible la gran historia del descubrimiento… Ah, y que me dicen que dicen que está enterrado en Castilleja de la Cuesta. Tengo que pedirle a mi María del Monte, a la que veo de vez en cuando, que me ayude a buscar el sitio, que si lo encuentro, vaya si les tendré informados.

Vivo, cordobeseando, que no sé si es un verbo correcto. Ah, que se le está haciendo un gran homenaje, en mi tierra granadina, a un bailaor gitano, del Sacromonte, que se llama Manolete, y que ha dicho más de una vez:

-Es de una gran responsabilidad llamarme como me llamo.

Y una pregunta que desde hace mucho tiempo me vengo haciendo: ¿será cierto, eso que dicen, que dicen que dicen, que harto de la mar océana, Jesús Quintero, ya saben el Loco de la Colina, está perdido por deseo propio, haciendo quinielas de fútbol fundamentalmente, en un pueblo de la Sierra Morena cordobesa. Te seguimos esperando, maestro.

Y mi recuerdo también, en el día de hoy, con un halo de tristeza, a nuestro «Cuando un amigo se va, deja un espacio vacío», de nuestro Alberto Cortez, que tenía en su casa de las afueras de Madrid, que visité tantas veces, una alfombra hecha a mano, para él, con la melodía en música de esa canción preferida, que tanto le gustaba al papa polaco, que se la cantaba siempre que lo veía cerca al cardenal Amigo, al que por cierto le van a dedicar una calle cerca de la catedral de Sevilla.

¡Cómo pasa el tiempo!, pero siempre queda esa herida abierta, que hace sufrir y que da gozo a la vez, de la memoria, del recuerdo, melancolía, nostalgia, o sea, lo dicho.

Vivo soñando, vivo sufriendo, vivo, sobre todo, de lo que siendo mi pasado es ahora mi futuro. Vivo, sobre todo, recordando.

El expresidente de EEUU Barack Obama, el torero Manolete, el cantante Alberto Cortez y el presentador Jesús Quintero.