En Tinduf (Argelia), cerca de la frontera con Marruecos, muchos saharuis encuentran refugio en campamentos destinados a este fin, donde cuentan con una atención primaria medicinal que pocas veces es acompañada de tratamientos o estudios que ahonden en los problemas de salud. Por ello, Federico Izquierdo, ginecólogo del hospital Infanta Margarita, de Cabra, decidió embarcarse en un proyecto de cooperación en la zona. «Alguien lo tiene que hacer», afirma, «pero esto es una microayuda, no resuelve nada». Como él, nueve cordobeses más de tres centros de la provincia se aventuraron en el 2017 en diferentes planes de voluntariado. En concreto, cuatro enfermeros y seis médicos. Siete de ellos del hospital Reina Sofía, dos del Infanta Margarita y uno del centro de salud Huerta de la Reina. Para ello, se habilitaron 187 días de permiso. En Andalucía, la cifra asciende a 179 profesionales, que se distribuyeron en África e Iberoamérica especialmente, y 3.118 días en la pasada campaña.

Izquierdo ha participado en los tres últimos años en estos proyectos y planea volver en febrero del próximo, «porque es algo necesario». La última vez, en el mes de noviembre del año pasado. Allí, compartió espacio con profesionales de otras provincias en un ambiente muy controlado -por seguridad- y ayudó en la cirugía general, aparte de en la ginecológica. En total, estima que pueden atender a unas 20 o 30 personas diarias. En cuanto a su rama, la ginecología, la mayor parte de los problemas están relacionados con la infertilidad de la mujer saharaui, lo cual supone «un grave problema social». «En los países en vías de desarrollo, aunque parezca una contradicción, los mujeres buscan tener más hijos». Por eso, la infertilidad femenina puede provocar cierto rechazo. Las actividades que este grupo de profesionales realiza en estos países van desde la consulta hasta la operación, pasando por el diagnóstico y la orientación a los médicos correspondientes de aquellos territorios. De esta forma, el equipo atraviesa la barrera de la atención primaria e inicia procesos más sofisticados que puedan solventar ciertas patologías.

Como principal causa de esta deficiencia sanitaria, Izquierdo señala la falta de medios que puede percibirse, por ejemplo, en el hospital. En los campamentos cuentan con un centro precario, que era un antiguo hospital militar. Allí, 10 habitaciones -para unos tres, cuatro, cinco o seis pacientes- , dos quirófanos y un funcionamiento irregular equivalen a un problema social y de capacidad, por lo que algunas personas tienen que trasladarse al hospital de Tinduf para ser atendidas. Pero, a pesar de esta notable necesidad, el médico no aprecia un incremento en la cooperación. Aunque él, sigue tendiendo sus manos. La sanidad cordobesa ayuda.