Que no son solo argentinos, no; no hay más que ver, insisto, lo que nos rodea. Sin embargo, hay que seguir adelante. Sobre todo, y eso que sé que escribo y publico el 31 de diciembre del 2017, si he recibido el tarjetón de Navidad, nunca es tarde si la palabra es buena, de mi cura de cabecera que es mi compañero y amigo y camarada y padre espiritual, Antonio Gil, que aprovecha para enviarme ni más ni menos que su pregón de Navidad de este año que se va, enviado al mundo entero desde el altar mayor del convento de Santa Marta. Gloria bendita, padre Antonio. Nada mejor que este pensamiento para aliviar el perol de esta misma mañana.

Por ejemplo, a ver si no. El programa de Bertín Osborne con los dos hijos del Califa. Por cierto, me llaman de TV1 para que hable en un programa que preparan, especial casi espacial, con la historia de MB1. Ya saben a quién me refiero.

Se murió la hija de Francisco Franco; a veces la veía pasear por la calle de Serrano. Se llamaba Carmen Franco, ya saben, pero en casa le decían Nenuca. Nunca le di la mano, pero sí conocí a su marido, el marqués de Villaverde, Cristóbal Martínez-Bordiú, que cambió un corazón de sitio.

El rey emérito, Juan Carlos de Borbón, al que tanto gusta Córdoba, que va y dice en El País en una entrevista marinerísima:

-El mar es la libertad.

Cierto, señor. La Reina Letizia, que veo vestida de rojo de los pies a la cabeza, incluso con alta bota de pirata mosquetero. Está muy guapa, las cosas como son, pero aviso que se va a llevar el rojo este año que empieza mañana.

Que las uvas no le amarguen, mi hermano del alma y que nos sigamos viendo, leyendo, sintiendo, siendo. Gracias por las tarjetas recibidas. Por el aceite oro que me manda todos los años --¡qué buena memoria tiene!-- mi amigo y maestro Manuel Piedrahíta. Y también por el aceite mágico de Baena, donde tembló la tierra el viernes, del maestro Paco Ariza, que tiene para conmigo una muy buena memoria. Y que sigue trabajando en la soledad de su campo, llenando el cielo de libélulas de cristal y aluminio maravillosas, que ya las llaman las libélulas de Dios...

Y más aún, claro que sí. Por eso quiero que este último domingo no sea mi página lo que habitualmente es, una de cal y otra de arena. No, que hoy lo que quiero es que sea una de cal y otra de cal también, que ya vendrá lo que tenga que venir. Como viene esa presentacion del libro que ha escrito Mónica, hija de Aurelio Teno, sobre su padre que se va a presentar en Córdoba el año que viene, o sea, en quince días tan solo. Ahí estaremos si es posible el milagro.

Se está haciendo una serie de televisión sobre Ava Gardner en España. Con mucha pasión dentro. Vale, espero que no se olviden de aquella estancia de nuestra mujer de los ojos de gato en Córdoba cuando yo la entrevisté dos veces, una en El Churrasco y otra en el castillo de Almodóvar, que no ha perdido su arrogancia.

Y no quiero olvidar lo que ha dicho nuestro Palomo Spain, el joven maestro de la moda de Posadas, cuando dice al ser elegido uno de los tres grandes de la pasarela del último año:

-Yo me visto bien hasta para ir a comprar el pan.

Lucía Tavira, esa gran voz cordobesa, asegura que sueña con cantar al maestro Molina en el Gran Teatro de Córdoba, y trabajando hasta levantar de una vez el museo del Gran Capitán desde luego en el sitio que debe estar, en Montilla, de la que todos los días tengo noticia, y noticia de nuevo estos días.

Noticia dolorosa sin duda, porque la esposa de Jesulín de Ubrique, al que fui el primero que iba a escribir sus memorias, hace ya tanto tiempo cuando empezaba Ambiciones y aún no había llegado Belén Esteban, María José Campanario, con su fibromialgia tremenda, que me da tanta pena, porque además de tanto dolor tiene que sufrirlo frente a una cámara de televisión. Jesulín, al que recuerdo aquel primer día que llamamos juntos desde su cortijo a ver si MB1 le quería buscar agua en su finca, que no tenía.

Y fue nuestro don Manuel y con sus varillas mágicas, que no eran más que palos de almendro, le encontró agua de por vida. Tanto es así que Jesulín puso un mosaico a pie de agua que decía: “Esta fuente se llama…” y hasta hoy que hay milagros que no se conocen.

Y feliz año, cordobeses míos, porque además es lo que digo que para eso lleva parte de nuestra geografía.

-Y esta noche, las uvas con la Pedroche.

Si es que no quieren hacerlo que podrían, que debían, con Manuel Díaz, en nuestro Canal Sur. Digan lo que digan…