La Feria de Córdoba ya se ha terminado esta madrugada. ¡Qué poco dura! Aunque hace ya mucho tiempo que hice yo un programa de radio en la Peninsular de Madrid, que dirigía el maestro Manuel Alcántara, también llamado y con razón «el señor de la columna», con el paisano y maestro Yale, titulado La feria de la vida. Como estaba de moda el espía James Bond, pues nosotros asegurábamos que era un programa «con licencia para informar»

Aunque teníamos mucha censura que hoy mismo que escribo esta pagina veo que es una palabra oscura que regresa. En fin, a lo que voy, que miren por donde la vida es una feria, con sus casetas, su calle del infierno, que es una gloria bendita, los zapatos en la mano, los caballos rebufando, ¿es correcto el verbo, académicos?, o hasta incluso relinchando, en fin, la vida. Que aunque terminemos siempre hundiendo los pies en agua de sal, al menos en mi viejo tiempo, lo cierto es que es eso, alegría, a veces tristeza, en fin, lo de siempre, que me veas, que te veo, el tiempo de los sombreros, la hucha de barro recién rota, y difícil de rehacer de nuevo... En fin, la Feria. Y ya han visto que Vicky Martín Berrocal está creciendo, y más todavía, mandando, triunfando, que me gusta dar su nombre mucho, porque es como si fuera nuestra. A ver si no. Desde aquí mi saludo cariñoso a los Cordobeses del Año, que todos se lo merecen. El jurado acertó de nuevo.

Y más aún. Que recibo la buena revista La Casa, donde está la buena entrevista al presidente del Círculo de la Amistad, mi buen amigo, buenísimo, Pedro López Castillejo, en la que dice que su preocupación inmediata es trabajar por el bien de los socios de la entidad. ¡Aplausos y vuelta al ruedo, mi viejo y buen amigo de siempre! ¡Me alegro tanto, me ha dado tantos buenos ratos también ese sitio, honra de la cultura, el talento y la amistad, palabra difícil en el tiempo que vivimos!

Tiempo de caracoles, de caracolear con los caballos y las palabras. El maestro Pepe Romero, que se confirma que va al festival de la guitarra de Granada. Yo fui amigo de dos grandes de la guitarra. De don Andrés Segovia, la clásica, y de Pepe Habichuela, de la flamenca. Los dos se admiraban mucho, incluso viajé hasta Salobreña el día que el rey hizo a Andrés Segovia marqués del pueblo granadino del sol y la sal. Y peleé por que le regalaran un sitio tipo museo, una casita en El Albaicín, donde guardar y enseñar sus guitarras. También fui amigo y buen amigo, de Manolo Cano, el gran guitarrista, que fue catedrático de la guitarra en Córdoba, aunque era de Granada, y todas las semanas venía a enseñar, aunque un día me dijo: «La verdad es que en Córdoba, en lo de la guitarra, aprendo más que enseño». Cierto. Aquí viene uno a enseñar algo y termina siendo aprendiz.

Enhorabuena, que no se me olvide, al recién nombrado de nuevo rector de la Universidad de Córdoba, José Carlos Gómez Villamandos. Enhorabuena también a la ciudad de Montoro por el éxito, que lo sé de buena tinta, de su Feria del Olivo, que debíamos llamar Feria Mundial, sin duda.

Llueve fuera, y a veces un relámpago rebrilla en los ventanales. La música de Romero de Torres, de actualidad. Córdoba sube a Madrid con editores y lectores, y sobre todo escritores, como una ciudad capital, de lo que me alegro tanto. Sé que nuestro califa político, don Julio Anguita, escribe sus memorias, en silencio. Don Julio, que un día, hace ya algunos años, me bañé en la alberca rodeada de jazmines que tenía su buen amigo de Villafranca, donde estuve a punto de tener casa de por vida, como en tantos otros sitios de nuestra geografía. Se nos fue, la otra cara de la moneda, don Ramón Vila, que tanto me habló, tantas veces, de la torería de Córdoba, y que tenía el nombre de la alta sierra, por lo de Paquirri, entre sus recuerdos inolvidables…

El Ramadán continúa, y en Córdoba es más que noticia, es también una vivencia, más que una supervivencia, una convivencia, claro. Y termino, que bien que lo siento. ¿Les he dicho alguna otra vez que hay una platera en Córdoba que se llama Ana Martina, que responde al nombre de Plata con Alma, y de la que me cuenta gente grande que viene de América como de un gran descubrimiento?

Dicho queda y que no sea una cometa que el aire va y se la lleva, aunque es buena esa declaración de principios que está de moda hoy, y que no quiere, ni en Feria siquiera, que la gente se apriete, se asfixie y se amontone, y que dice «que corra el aire, que corra». Y más si es aire de Córdoba. Aunque lo cierto es que la feria continúa. ¿Puedo escribir, sin que se me enfaden, que siempre es tiempo de Feria en Córdoba?