Palomo Spain, un «chico de pueblo» que se ha convertido en el enfant terrible de la moda española que ha conquistado los armarios de Madonna, Beyonce o Rosalía, presentó ayer su primer libro en el que repasa su meteórica carrera. Ya no hay quien le frene. A sus 27 años, el cordobés Alejandro Gómez Palomo, que huye de los estereotipos y de lo políticamente correcto, está imparable desde que creara su casa de moda, Palomo Spain, en 2016, una trayectoria de poco más de tres años que ahora se plasma en el libro Palomo Spain, editado por Grijalbo.

Un ejemplar de 271 páginas que recorren su universo creativo, de este cordobés que para algunos resulta irreverente, provocador o excéntrico, y para otros, mágico, sugerente, festivo o maravilloso.

Pero la realidad es que Alejandro Gómez Palomo tiene un talento creativo que le ha permitido diferenciarse del resto de diseñadores jugando con la tradición, el folclore y la vanguardia. «Hago lo que me gusta y me divierte», dice en una entrevista a EFE.

Y así, ha formulado un vestir para el hombre con patrones muy pensados, en el que prima la sastrería masculina aliñada con detalles de fantasía femenina como plumas y lentejuelas. ¿El resultado?: los palomos, piezas únicas que ahora se recogen en el libro. «Este libro es un auténtico regalo», asegura este cordobés quien reconoce que hacer una retrospectiva de sus colecciones con una carrera tan corta es «una experiencia maravillosa». «Creo que la gente con mis diseños descubre una vía de escape, choca de frente con la realidad, les resulta divertido», afirma Alejandro Gómez Palomo, que se considera un diseñador «humilde y cercano», un «chico de pueblo» que descubrió el gusto por la moda jugando con sus vecinas a las muñecas Barbies, «las vestía de fantasía y copiaba los diseños de los modistos que adoraba».

Su primer libro, dos ediciones como jurado en el programa Maestros de la costura, seis colecciones y, por si fuera poco, ya forma parte de la historia de la moda al haber expuesto uno de sus trajes en la prestigiosa muestra que el Museo Metropolitano de Nueva York organiza anualmente con motivo de la Met Gala.

El camino hasta aquí en estos pocos años ha sido muy «fructífero» y ha podido construir una identidad de marca que refleja a la perfección el sueño que imaginó cuando decidió empezar Palomo Spain, añade el diseñador.

Palomo Spain, entre risas, recuerda que siendo niño adoraba ir de compras con su madre. «Era un planazo, me volvía loco, y en el momento que se descuidaba la dependienta le cambiaba el escaparate, vamos, se lo transformaba».

Reconoce que le resulta «bonito» poder recoger en esta publicación esos pasos que ha ido dando y que son la base para seguir diseñando y creando esta firma.

La fórmula de éxito de Palomo Spain se sustenta en un trabajo sincero, hecho con humildad y constancia, «creyendo en lo que hago y sin mirar fuera», manteniendo su esencia, que cada día se empapa del espíritu y el folclore del sur. «Tengo el taller en Posadas, mi pueblo, y eso me permite mantener los pies en la tierra, ser cercano y sencillo», resalta.

Ahora, está inmerso en su nuevo trabajo primavera-verano 2020, que presentará en París el próximo 18 -»estoy de los nervios, aún no tengo el sitio elegido»-, una colección en la que primarán prendas con un «patronaje más sofisticado». No quiere dar pistas, prefiere mantener el secreto hasta el último momento, pero haciendo un esfuerzo desvela que será una colección «divertida», inspirada en la «psicodelia de los años 70, vaya, que suena a Pink Floyd».