Junto a Villafranca, en el kilómetro 2,5 del Camino de Córdoba, hay colas de gente que interrumpen la quietud y el silencio del entorno. Un paisaje de coches y ropas de baño se dibuja en los alrededores del Aquasierra. Familias y grupos de amigos se preparan para pasar el día en el único parque acuático de la provincia. «Todos los años venimos. Esto es lo mejor que hay en toda Andalucía», señala una familia de la vecina Jaén. «La temporada pasada tuvimos unas 87.000 visitas», pero en esta «el comienzo ha sido más flojo que otros años», confiesa la directora del recinto, Juana María Obrero. «Puede ser porque el tiempo no está acompañando. Los compañeros de otros parques están en la misma situación que nosotros», prosigue. A pesar de ello, la gente se agolpa en la puerta del recinto a las 11.30, la hora de la apertura.

La familia jiennense, en el mismo lugar que la semana anterior, cuenta su experiencia en el parque: «Cada vez que podemos, venimos». «Me quedaría con todo: la tranquilidad, el ambiente, la naturaleza. Pero si tuviera que destacar algo por encima de lo demás, serían las sombras. Está muy bien acondicionado», cuenta uno de los integrantes del grupo. Y es que, entre amplias zonas verdes con frondosos árboles, los visitantes encuentran un oasis de agua y diversión en el que esquivar el calor de Córdoba. «Incluso te puedes encontrar personas de la otra punta de España», señala un socorrista. Según la directora de Aquasierra, «cada vez son más los turistas» que se pueden hallar entre un público «muy fiel que viene todos los años varias veces».

Con respecto al coste, Juana María Obrero afirma orgullosa: «Somos el parque acuático más barato de toda España». La entrada más cara conlleva un gasto de 13,5 euros, para personas que superen los 140 centímetros y quieran pasar el día completo. «Los precios son económicos», reconoce otro de los visitantes, que, por poner alguna pega, alude a la organización a la hora de entrar al recinto. «Se llega a acumular mucha gente en la puerta; eso es lo único que, quizás, se debería mejorar», indica. «Las primeras semanas hay promociones en las redes sociales. Las dos o tres semanas de junio tuvimos un 3 x 2», añade la directora.

Este año, el Aquasierra está celebrando sus 32 veranos. Desde que se fundó en 1987 se han ido mejorando las instalaciones del recinto hasta albergar 10 atracciones y dos piscinas, que se complementan con los servicios de alimentación, los merenderos, la enfermería, la tienda, el puesto de fotografía y el servicio de hamacas y flotadores, entre otros. Cuando abrió sus puertas por primera vez, había cuatro atracciones, y la última en unirse a la lista fue el Pulpo Race, el año pasado. Pero «hay novedades que se aprecian y otras que no, como la calidad del agua», indica Obrero. «Seguimos ampliando las zonas vip. En concreto, se ha trabajado en dos este año. También hemos hecho que la parte del restaurante sea mucho más fresca», añade. La campaña de 2018 comenzó el 16 de junio y «en principio, si el tiempo acompaña, porque todo depende de eso, finalizará el domingo 2 de septiembre», cuenta la gerente.

«Aquasierra está muy bien para los niños, que al final son los que más lo disfrutan», concluyen los padres de otra familia, que, bajo la sombra de los árboles, observan el ir y venir de niños -y otros no tan niños- en un horizonte de infraestructuras, formas geométricas y colores que compiten con la arboleda por ocupar el primer plano en las fotografías que quedarán para el recuerdo.