-¿En qué consistirá su actuación del próximo viernes en Córdoba?
-Voy con guitarra y percusión, y haremos algunas de mis canciones en solitario y otras que a la gente le gusta escuchar, de las antiguas, de las que me identifican.
-¿Escucharemos algunas de las versiones de Sinatra que ha hecho?
-Eso es más complicado, habría que reunir a los músicos, y cada uno está haciendo su trabajo. Me gustaría volver a hacerlo. Es jazz, lo que pasa es que a nosotros el toque sureño se nos nota mucho, y lo hemos llevado ahí. No me ha costado mucho llevar a Sinatra al flamenco, la verdad.
-¿Le sigue gustando el contacto con el público?
-Sí. El público es una maravilla vaya donde vaya. Siempre fiel y respetuosos y con hambre de recordar.
-¿A qué le canta ahora?
-Me gusta la música góspel, soy muy espiritual, me levanta y calma. Canto las cosas mías de siempre y de Manuel, y cuando estoy con una orquesta recuerdo a Manuel de Falla. Todo lo que está en mi discografía.
-¿A nivel flamenco, en qué lugar coloca Córdoba?
-La verdad es que está todo muy cambiado, pero en Córdoba hay mucha gente que hace muy buen flamenco. Es un lugar muy árabe también, no me puedo imaginar a Córdoba sin el flamenco.
-Lole y Manuel mostraron un nuevo género y rompieron moldes. ¿Estaba la gente preparada para esos sonidos? ¿Costó ganarse el respeto?
-En aquel tiempo, era muy nuevo y sorprendía. La gente no se atrevía a aplaudir. Vivíamos un tiempo de cambios, y aquello cayó como gotas de agua, refrescando el ambiente, la atmósfera, aunque también había gente que era muy cerrada. El flamenco ha abierto muchos caminos.
-¿Cómo ha visto la evolución de esa fusión flamenca que ustedes, de alguna manera, iniciaron?
-Hay mucha creatividad, pero yo creo que ya está todo hecho en la música y no es fácil que alguien haga algo nuevo. Al menos, yo no lo oigo. Nosotros tiramos por ahí porque nos gustaba, y llevamos a la gente al flamenco hasta en cuatro generaciones.
-Recientemente se ha editado en vinilo ‘Nuevo día’. ¿Qué recuerda de aquellos comienzos?
-Éramos tan jóvenes... Yo estaba volando todo el día. Recuerdo mucha felicidad, Manuel estaba contentísimo y yo le seguía. Lo vivimos todo muy pronto, pero nos guardábamos mucho, respetábamos demasiado el flamenco y no bebíamos, no nos gustaba dar mal ejemplo. Creo que aquello fue algo que estaba destinado a nosotros.
-¿Sigue acudiendo a los sonidos árabes?
-Sí. Por ejemplo, en los tangos Canto al silencio, y también hago introduciones y finales en árabe, porque están conmigo igual que las bulerías. Los sonidos árabes y flamencos son primos hermanos. A mí me llegó esa música cuando tenía 12 años, pero también escuché a los Beatles. Manuel y yo escuchábamos de todo, desde Falla a Raphael o los Rolling, y en los guateques hasta a Janis Joplin. Todo eso lo he vivido yo, por eso me gusta Frank Sinatra.
-¿Les sorprendió cuando Tarantino eligió ‘Tu Mirá’ para ‘Kill Bill 2’?
-Yo ahí participé poco, la ley está muy regida por el hombre. Pidieron permiso y ya está, pero yo no estoy de acuerdo con eso. Si yo hago música góspel de alguien me gusta honrar al autor, darle gloria a quien lo ha hecho.
-Le llaman la musa del ‘underground’ sevillano. ¿A qué le suena eso?
-No sé. También me llaman intimista, comprometida… Lo importante es salir a cantar y tocar el corazón.