La gaditana Miriam Reyes Oliva estudiaba Arquitectura en Sevilla cuando supo que a su primo José le habían diagnosticado un trastorno de espectro autista. Entonces no sabía que su deseo de crear iba a derivar hacia otro rumbo, el de las necesidades educativas especiales. Lo que en principio solo fue el diseño de un cuento básico para ayudar a que su primo fuese al baño, trabajo que colgó en internet y que fue un éxito de descargas dentro y fuera de España, culminó hace años en la constitución de la oenegé Aprendices Visuales. Esta asociación sin ánimo de lucro trabaja en la creación, producción y difusión de cuentos infantiles adaptados a pictogramas para niños con autismo y otras necesidades especiales de aprendizaje, así como para menores prelectores, pues lo visual siempre es un refuerzo.

<b>-Aprendices Visuales ha impulsado ya 20 cuentos y ¿qué otras iniciativas, qué novedades ha habido desde que creó ‘El calzoncillo de José’?</b>

-Empezamos creando cuentos con pictogramas, que se focalizan en dar herramientas a los niños y niñas. A su lado están las familias y profesionales, para los que hemos lanzado una academia on line de formación. De cara a la sociedad general, trabajamos la sensibilización sobre el autismo a través de exposiciones artísticas o mediante nuestro documental Un sueño compartido. Necesitamos empoderar a los niños, a sus familias y a la sociedad para que el autismo se conozca, se respete y se comprenda.

<b>-¿Qué se puede encontrar en estos cuentos y cómo se clasifican por temáticas, por necesidades básicas?</b>

-Tenemos dos colecciones de cuentos. La colección de cuentos Aprende está enfocada a niños más pequeñitos, para trabajar los autocuidados (lavado de las manos, comer solo); las emociones básicas (estar contento o triste) y algunas rutinas (como cuando vamos a la peluqueria o estamos en el parque). Y, por otro lado, está la colección Disfruta, dirigida al entretenimiento, con títulos como Las pelusas se mudan de casa o El pajarito Rosa. Todos los cuentos están disponibles de forma gratuita en nuestra web www.aprendicesvisuales.org, en formato digital y aplicación interactiva.

<b>-El viernes (a las 20.00 horas) se presentará en la sede de la Fundación Cajasur (Reyes Católicos) la película documental ‘Un sueño compartido’, actividad organizada por Autismo Córdoba dentro de la celebración del día mundial de este trastorno. ¿Qué se muestra en esta producción? ¿Está dirigida solo a familiares y personas con autismo?</b>

-Se trata de un trabajo destinado a cualquier persona que quiera poner su granito de arena para construir un mundo mejor. Es la narración de un reto que parecía imposible, una historia que nos habla de soluciones, que refleja la perseverancia de una joven soñadora y la experiencia en primera persona de familias que conviven con el autismo. Durante dos años, el equipo ha grabado los testimonios de 6 familias, recopilado las claves de 5 psicólogos y expertos del autismo, así como las palabras de los primeros 15 colaboradores. Un total de 26 participantes que se sumaron a Aprendices Visuales, un sueño que comenzó siendo individual, pero que hoy es una oenegé internacionalmente reconocida y premiada por Unicef.

<b>-¿Quiénes están detrás de Aprendices Visuales?</b>

-Que nos dediquemos a tiempo completo, solamente Amélie Mariage y yo. En cada proyecto se suman diferentes colaboradores. Gracias a ellos podemos conseguir tantos objetivos. Por ejemplo, ahora tenemos más de 70 personas colaborando en la organización de las proyecciones del documental Un sueño compartido por todo el mundo.

<b>-La revista Forbes la reconoció a usted entre las 30 jóvenes más brillantes. ¿Cómo recibió esta noticia y qué puertas le ha abierto?</b>

-Para nosotras, cada uno de los premios y reconocimientos es un impulso para seguir avanzando. Nos ayuda a hacer visible el autismo en el ámbito del emprendimiento y a continuar con nuestra sensibilización social.