Osea, que sí se dice, más o menos oficialmente, que este año hay cien casetas preparadas para la feria, que ya está llegando. Pues por eso, con la mía, que aunque sea de papel, aguanta no sé cuanto tiempo hace, son ciento una. Porque yo contra viento y marea, nunca mejor dicho, que si se va una galerna, viene otra enseguida, levanto todas las semanas, y en domingo, la mía, la nuestra, mejor dicho, y ahí sigue a veces más fuerte, a veces más tierna, pero aguantando lo que sea. Por ejemplo, me escribe el maestro Julio Merino para indicarme, con todo respeto eso sí, aunque podría decirme lo que le diera la gana por que siempre lleva la razón, que «me equivoqué en lo de mi reino por un caballo», que no lo dijo, ni mucho menos Pedro El Cruel, cuando se vio, en el agobio de que le iban a cortar la cabeza, etc, etc...

Así que, canto la gallina, que no fue el rey que digo, ni mucho menos, y aprovecho para dar las gracias a mi maestro por su correción. Y sigo a continuación, que de reyes se trata. De los nuestros. Vamos a ver:

-¿Cómo se llevan entre sí en las familias por si me traes a los nietos menos de lo que quiero, por qué los llevas más a la otra familia, que las abuelas somos también nosotras...

Así es la guerra doméstica. De ahí los manotazos que están en todas partes. No hay más que mirar hacia dentro. Eso sí, hay que saber que ahora y lo digo muchas veces, a la familia real, ya era hora por otra parte, se la veía por el aparato astronómico, de ver las lejanas estrellas, pero ahora se las ve con el microscopio de la realidad informática, y eso hay que tenerlo mucho en cuenta.

Hago referencia al dato, porque creo que interesa, aunque por otro lado pienso, y ustedes también, que hay más problemas que tratar, aunque es para dar las gracias, porque con lo de Puigdemont, en Alemania, el tema real, se ha apagado un poco, aunque no del todo. Es una realidad, nunca mejor dicho lo de realidad, porque fue real lo que vimos, un reality, como ahora se dice de los de Belén Esteban en la Cinco.

Mientras tanto, pues adelante, insisto, que la feria ya está cerca. Por ejemplo, que debemos recoger con todos los honores, a esa mujer, que no solo es la más fuerte del mundo, la Valentina, (Lidia Valentín) que además de plata y de bronce, ya también es de oro, y que, les aviso, que es bonita y tierna, y que, como dice el piropo…

-Y que no tiene novio..

Lo que hago público como se dice en los papeles judiciales, para general conocimiento. Y porque me he enterado que de cuando en cuando visita Córdoba, como les digo, porque le gusta mucho… sobre todo el salmorejo, que el médico, además, se lo permite ya que puede comer, como poco, cinco o seis veces cada día, si bien sano y poquito…..

Y que no se me olvide decirles que he leído todo lo que se ha dicho en nuestra casa sobre la Semana Santa, cada día mejor, y que les dice un profesional que los titulares, los textos de nuestros suplementos, han sido extraordinarios. Aplausos de papel, por mi parte. Y aprendiendo como siempre. Aprendiendo a escribir, que tanto hago, de los columnistas que son tan buenas columnas romanas, arabescas, según nuestra cultura antigua y la actualidad mandando. Y me viene a la memoria, que menos mal que me viene algo, aquel día que me encontré con Carlos Cano, en la Judería, junto al monumento de Averroes, ante el que siempre cuando paso inclino la cabeza, cuando me dijo vestido con aquel chaleco suyo, de los cien botones….

-Que sepas paisano que además me gustaría mucho comprarme en Córdoba una casa que tuviera una palmera alta como una columna..

Cierto. Eso es al fin y al cabo, una columna escrita en nuestra casa. Da fruto y sombra. Yo tuve una casa a punto en Montoro, con su palmera en medio, pero como siempre...

Vale. Y ya han visto para terminar, que es el año de Pastora Vega, ahora también de fugitiva en la tele. El sur manda, en la tele también. Y hay que recogerlo en esta crónica de urgencia de este servidor de ustedes, que además les cuenta «que me llaman de Barcelona, de Cataluña, para decirme, que le está haciendo un gran homenaje a Pepe Espaliú, el genio que se nos fue. Así que por eso quiero contar que es lo que un día me dijo un taxista cordobés en las Ramblas:

-¿Sabe lo que le digo, maestro? Pues que esta tierra no sería lo grande que es si no fuera por nosotros. Hemos recibido mucho, es verdad, pero también hemos dado todo. Y además, que me llamo Rafael y soy de donde las Pastas Gallo, o sea, de El Carpio.

Es bueno para cerrar por hoy mi caseta de feria y de papel, que ya voy arreglando la próxima.