Rosario Mariscal (69 años) ha sido la tercera generación del estanco ubicado en el número 26 de la avenida de los Almogávares, que ya regenta su hija, Gloria Moya. Recientemente ha compartido en la red social Facebook el 60º cumpleaños de este negocio familiar, que asumió su abuela el 2 de diciembre de 1959.

-En la publicación realizada hace días en Facebook afirma que después de 60 años «Seguimos con la misma ilusión de siempre».

-Sí, de servicio al barrio. El estanco es una referencia aquí. El barrio no era nada cuando se abrió, solo estaba el bloque del estanco y las casitas de Valdeolleros.

-En la actualidad parece que hay muchos locales cerrados, pero ustedes han logrado mantenerse.

-A partir de la crisis hay muchos locales cerrados y, además, cambian mucho de dueño, aunque estamos bastantes desde hace tiempo. Hay varios en la avenida y alrededor que están sobreviviendo desde hace décadas. Confecciones Nati antiguamente era de sus padres, y tenemos una tienda de alimentación, que es Pablo Montes, que también es de los años 60.

-¿En qué circunstancias abrió su abuela el estanco?

-Entonces se lo solían dar a las viudas y esas cosas. Ella lo tuvo cuando había escasez, había estraperlo. Compraban en el estanco para venderlo, porque había escasez de tabaco. Había mucha pobreza. Mi abuela estuvo cinco o seis años nada más. Murió y lo cogió mi padre. Él lo tuvo hasta 1978, que también murió. Desde ese año lo he tenido yo hasta el 2015. He estado toda la vida trabajando aquí.

-Siempre se ha escuchado que cuando alguien sufría una desgracia había que casarle o ponerle un estanco, ya que era sinónimo de fortuna. ¿Su familia fue afortunada por regentar este negocio?

-(Ríe). La vida da muchas vueltas y sí, porque es una forma de ganarte la vida y nos la estamos ganando.

-En los últimos años se han producido cambios en el sector como el auge del contrabando o la prohibición de fumar en espacios cerrados. ¿Cómo ha afectado esto a las ventas?

-La venta ha bajado mucho por el contrabando. Pero bueno, pienso que esto tiene que acabar porque es ilegal y tendrá que terminarse.

-¿Los estancos ya no son tan rentables como antaño?

-No puedo contestar lo que otros compañeros pueden sufrir. No es como era antes. Tenemos más competencia.

-¿Usted es fumadora?

-He sido. En casa todos hemos fumado. Pienso que en el futuro los cigarrillos de calentar tabaco, que se llaman IQOS, tienen muchas posibilidades. Es la manera de fumar del futuro. Todo va mejorando. Son más cortitos y solo llevan hoja de tabaco, no llevan alquitrán y las sustancias tóxicas casi las quitan. Están apostando por ello muy fuerte las marcas fabricantes.

-¿Cuáles son los productos más demandados en los estancos?

-El tabaco tradicional es lo que más se vende.

-¿Han tenido que diversificar el negocio?

-Sí, yo tengo loterías, pero desde siempre. Mi fuerte es el tabaco, pero la lotería es un complemento bastante bueno.

-Tras la fuerte crisis económica, ¿comienza a recuperarse la actividad?

-Sí, parece que por lo menos ha dejado de bajar y que la cosa se va recuperando un poco.

-¿Cómo está ahora la venta respecto al año 2007?

-Hay alrededor de un 20% menos, no lo sé exactamente.