-En el primer capítulo de su novela, un empresario muere envenenado con la mosca española, es decir, la viagra medieval. ¿No encontró a mano otro veneno con menos significado emocional?

-Emocional y casi erótico. Tenía un significado muy potente. El hecho de que un hombre quisiera usar un estimulante potente como era la viagra y que pudiese morir por sobredosis, y muere de esa manera tan horrible que es con las tripas abrasadas. Me parecía una manera muy potente de empezar un thriller.

-Con ‘Los señores del tiempo’</b> <b>pone un cierre épico a la ‘Trilogía de la ciudad blanca’. ¿Exhausta o con ganas de volver a los enredos de otra historia?

-Como escritora, siempre se te ocurren historias. Lo que es cierto es que he publicado seis novelas y me he ganado el privilegio de la próxima novela disfrutarla, y no seguir los dictados de los lectores de lo quiero ya.

-Esta entrega es, además, un thriller y una novela medieval, pero es el libro donde la Historia tiene más peso.

-Los tres libros de la trilogía son novela policíaca con poso histórico, pero en esta te encuentras una novela histórica, medieval, y ocupando la mitad de las páginas dentro del thriller. La novela histórica y un thriller.

-Un cierre épico para dar al lector la sensación de haber emprendido un viaje emocional que valió la pena.

-Sí. Lo bueno es que ha sido satisfactorio para mí escribirlo pero ha sido un libro que ha sido número uno de ventas en España. Arrastraba a los otros dos. Las críticas han sido unánimes. En ese sentido, creo que el viaje emocional de los lectores ha sido muy satisfactorio.

-Como decía, crímenes cometidos hoy con métodos de la Edad Media. Y además son de lo más refinado.

-Sí, sí. Siempre me propuse matar sin sangre con los tres libros. En todos los asesinatos: abejas que se metían en la garganta e impedían la respiración y los mataban, el lenguamiento, las emparedadas o la viagra.

-Los lectores conocerán en estas páginas el destino que le ha preparado al inspector Kraken. Pero adelántenos si lo entierra ya o le tiene preparado otro destino.

-Siempre digo que es muy prematuro. A meses de publicar una novela, y más con el éxito que está teniendo y con la gira que estamos teniendo, preguntar al lector por lo siguiente o por si va a rescatar a personajes de anteriores éxitos, es muy prematuro. Mentalmente, creativamente, no estoy en ese punto de plantearme nada.

-700.000 lectores, 51 ediciones y 8 traducciones. ¿Difícil de superar o piensa seguir sumando?

-Siempre hay que sumar y ha pasado desde la primera novela hasta esta sexta. La plataforma de lectores ha ido creciendo, creciendo, creciendo. Siempre he ido ganando lectores con cada libro. No sé por qué.

-Sus lectores le escriben pidiendo, como en la plaza de toros, que saque el pañuelo blanco e indulte a algún personaje. ¿Es indulgente o le puede el drama que alimenta sus venas?

-(Ríe). Pues me pedían que no matase al abuelo y no lo mataré en la vida. Porque le presté mi propia voz al protagonista. Como decía Hemingway, hay que matar a los seres queridos. A otros sí que les he cercenado la vida. Me ha dolido mucho, y los lectores también me lo dicen.

-He leído que se documenta a fondo. Acude a cursos de autopsias, perfilación, inspecciones técnicas oculares. ¿Vio algo desagradable que no se atrevió a escribir?

-No. Lo que sirvió precisamente fue tan desagradable de ver en las autopsias, leer atestados reales desde las comisarías de España, leer tantos casos reales, y las fotos sobre todo. Las fotos de quemados, de falsos ahorcados. Me sirvieron para no meterlos.

-La primera novela, ‘El silencio de la ciudad blanca’, está siendo adaptada al cine por Daniel Calparsoro. Javier Rey y Belén Rueda, de protagonistas. ¿Qué más sabemos?

-Se rodó el pasado verano en Vitoria y en Madrid, en agosto y en septiembre. Ahora mismo están con el montaje y será el gran estreno este año para final de verano. Va a ser el gran lanzamiento del año para Atresmedia.

-Los fanáticos de su serie se definen, por su personaje, como ‘krakenianos’. ¿Logra controlarlos?

-No. Son ya masa propia. Tenga en cuenta que 700.000 mentes, y obsesionadas con Kraken, con el abuelo, han hecho muy propia la novela y dios sabe que opinan de todo en las redes sociales y, bueno, son muy posesivas con la novela, con quién vas a poner de Kraken en la película, a quién vas a poner de Alba. Se lo han tomado como propio. Muy fenómeno fan.