María Rosas Alcántara (Córdoba, 44 años) es licenciada en Ciencias Biológicas con la especialidad de Botánica por la Universidad de Córdoba. Este miércoles recibirá el primer premio en la categoría de Excelencia a la Innovación de la Actividad Agraria por su proyecto empresarial Setacor (instalado en Villafranca de Córdoba).

El galardón es concedido por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación dentro de sus distinciones a la innovación para mujeres rurales. María Rosas admite que todavía «somos poquitas» las mujeres que lideran proyectos en el ámbito rural, reivindica el emprendimiento y agradece «enormemente» el apoyo de sus padres y su marido. Este galardón del Gobierno de España es para ella «un impulso tremendo y una visibilidad a nivel nacional que es muy interesante». Junto a esta empresaria, Rosa Gallardo, doctora ingeniera agrónoma que desde el 2016 dirige la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agrónoma y de Montes (Etsiam) de la UCO (la primera mujer en dirigirla) recibirá un reconocimiento honorífico. Además, otro premio, el concedido a la asociación Biela y Tierra, ha contado con la implicación en el proyecto de la cordobesa Soledad Pérez, que está al frente de la empresa de comunicación La Dársena.

-¿A qué se dedica Setacor?

-Nosotros comenzamos en el 2002 cultivando seta gris, seta común, y yendo a mayoristas. Al poco tiempo vimos que la cadena agroalimentaria estaba establecida de una forma que para nosotros no encajaba y poco a poco nos hemos ido especializando en otras especies. Hemos llegado a cultivar casi por primera vez en España algunas especies como la barbuda, lobo del sol, la seta limón, seta de chopo... una gran variedad. Nuestro objetivo es dar a conocer al gran público la variedad que tenemos, siempre de producción local y ecológica. Desde hace varios años hemos adquirido cinco hectáreas de olivar, que también es ecológico, y utilizamos un residuo que son las hojas de la limpia de la aceituna en la almazara, entre otros subproductos, para criar nuestras propias setas. Una vez que el sustrato ya no da más setas, lo compostamos y lo llevamos otra vez al olivar para nutrir el suelo.

-¿Cuántas personas trabajan en la empresa?

-De momento, somos muy poquitos, estoy yo sola como gerente y contrato a bastante gente para las labores del olivar o, puntualmente, para las setas. Me dedico a un sector tan especializado que es muy difícil delegar, encontrar a personal con la formación que yo necesito.

-¿Los destinatarios de sus productos son locales?

-Queremos llegar al cliente final, cuanto más, mejor. También atendemos a grupos de consumo, asociaciones ecológicas, fruterías, hostelería y estamos distribuyendo en varios puntos de España. El fuerte, por supuesto, es local. Nos gusta tener el feedback, compartir recetas, información.

El Ministerio destaca en el reconocimiento a su empresa, entre otros aspectos, la transferencia de innovación y conocimiento en tanto que se trata de un proyecto que apoya a otros emprendedores.

Cierto, desde hace un tiempo nos dedicamos también a la formación y el asesoramiento de proyectos no solo de España, sino de Chile, Uruguay, México, Mozambique, Marruecos, Níger... De muchos países.

Parece que los consumidores desconocen que tienen la riqueza de productos a la que se ha referido.

Sí. Desde primera hora, nosotros decíamos que no hacíamos marketing, que lo que hacíamos es difundir temas de micología. Nos gusta difundir eso, el potencial que tenemos a nivel de nutrición y de salud, hay muchísimos hongos con propiedades tanto nutritivas, superalimentos, como medicinales. También hay oportunidades de negocio, que no solo se cultiva la seta o el champiñón, hay muchas otras especies que se pueden cultivar. Los hongos pueden convertirse en un momento dado en textil. También se pueden sacar tintes naturales, bebidas probióticas. Y, a nivel de naturaleza, ya se han estudiado en biorremediación del suelo para limpiar los suelos de hidrocarburos o de metales pesados. Son empresas que se pueden poner en marcha, que en otros países ya están funcionando.

-Algunos comerciantes destacan que debido a la crisis sanitaria provocada por la pandemia de coronavirus hay consumidores que se vuelven a acercar a lo local. ¿Usted lo ha percibido?

-Sí hemos notado un aumento del consumo tanto por salud como por apoyo a los negocios locales. Es fundamental apoyar los productos producidos en nuestro propio país, con las garantías sanitarias. No ir a lo barato, en el consumo de alimentos no podemos ir a lo barato, al 2x1. Estamos hablando de nuestra salud.