Ibéricos del Valle de los Pedroches, aceite de Baena y Priego, vinos de Montilla-Moriles y mucho salmorejo, entre otros productos cordobeses, además de flores y alusiones al mayo festivo en enormes paneles de los Patios de Córdoba y la Mezquita-Catedral adornaron una jornada dedicada a Córdoba en la base letona de Adazi, donde la Brigada Guzmán el Bueno X celebró de este modo el Día de las Fuerzas Armadas.

Los componentes de la operación Presencia Avanzada Reforzada de la OTAN, integrada por más de 300 militares españoles, así como tropas de Canadá, Albania, Eslovenia, Italia y Polonia, realizaron un desfile y organizaron un almuerzo en el que acercaron la cultura cordobesa a la población local, gracias a la colaboración del Patronato de Turismo de la Diputación de Córdoba, y otras entidades e instituciones colaboradoras como el Ayuntamiento de Córdoba, Diputación de Córdoba, Ayuntamiento de Montilla, Denominación de Origen Priego de Córdoba, Denominación de Origen Baena, Denominación de Origen Los Pedroches, Montilla-Moriles, Real Jardín Botánico de Córdoba y la Cofradía Gastronómica del Salmorejo Cordobés.

«Hace unos meses, el jefe del destacamento de la base de Cerro Muriano en Riga se puso en contacto con el Patronato de Turismo con la intención de pedir colaboración de cara a la celebración del Día de las Fuerzas Armadas de España y en ese sentido no dudamos en ofrecerles la posibilidad de presentar a Córdoba como destino turístico», explicó ayer a este periódico Carmen Gómez, delegada de Turismo y vicepresidenta del Patronato Provincial de Turismo.

Las tropas cordobesas contaron con «información relativa a los distintos segmentos turísticos de nuestra provincia, muestras de nuestros aceites DO para distribuirlos entre los asistentes y paneles promocionales de patios de San Basilio, de la Mezquita y de la Judería de Córdoba, todo ello con el objetivo de acercar el mayo cordobés a nuestros soldados en Riga pero también de mostrar en Letonia una imagen representativa de la Córdoba más turística», añadió.

La celebración en sí comenzó con una parada militar, presidida por el embajador de España en Letonia, Pedro Jiménez Nàcher, en la que los militares españoles rindieron homenaje a la bandera, y concluyó con un desfile frente a las autoridades civiles y militares. También asitieron el embajador de la República Checa y el director político del Ministerio de Defensa letón, entre otros.