Sus predicciones tienen el efecto contrario al de saltar sobre el sofá mientras suena en bucle Don’t stop me now . Pero si uno quiere prepararse para el futuro, Santiago Niño Becerra (Barcelona, 1951), catedrático de Estructura Económica, da pistas muy documentadas. En su libro Capitalismo. 1679-2065 (Ariel) anuncia el entierro del sistema capitalista de aquí a 45 años. Lo que vendrá luego será ¿espantoso?

-¿Ha pensado un nombre para el sistema qué nacerá en el 2065?

-No. ¿Sistema Corporativo? ¿Sistema de Plataformas?...

-Si acertara, pasaría a la posteridad.

-En todo caso, se parecerá al mundo que dibuja la película Rollerball (1975): unas pocas corporaciones que marcan la pauta, una paz social absoluta (sin libertad) y el desahogo a través del rollerball [una violenta mezcla de hockey sobre ruedas, rugby y motociclismo].

-No baja su tono catastrofista, ¿eh?

-Es un cartel que me han colocado y no entiendo el porqué. Si fuéramos nobles y mantuviéramos esta charla en el París de 1770 no sorprendería que dijéramos: «¿Qué mal pintan las cosas?».

-¿Le alegra haber madurado en el XX?

-Cuando acabé la carrera tenía dos posibles empleos y renuncié a los dos porque no me gustaba ninguno. No existía la incertidumbre.

-Pero a la incertidumbre le quedan cuatro días, sostiene.

-La incertidumbre acabará, pero nada estará seguro. No habrá incertidumbre a nivel corporativo, porque quedará quien tenga que quedar y se repartirán los mercados. El que esté integrado en un cuadro de una gran multinacional, seguirá el camino que se le marque. El que no, se preguntará: «¿Y mañana qué haré?» Será un vivir al día.

-¿Cuántos estarán así?

-El modelo trébol del sociólogo Charles Handy apunta a que habrá un 30% de integrados 100% útiles; un 30% de trabajadores a tiempo parcial y algo más del 30% restante, excluidos.

-«Grasa que sobra», en palabras de Mary Callahan, la CEO de JP Morgan.

-Jeremy Rifkin estimó que en algún momento del siglo XXI solo hará falta el 5% de la población mundial para generar el 100% del PIB del planeta. En términos económicos, sobrará el 95% de la población. La gran pregunta -que nadie se formula- es si en el 2075 el mundo tendrá 12.000 millones de habitantes.

-Se la hago yo.

-No hará falta tanta población. Hoy es posible generar PIB con cero unidades de factor trabajo.

-Mientras, ¿qué será del sobrante?

-Aparecerá el trinomio social: renta básica, legalización de la marihuana y ocio gratis. Un «no molestes» en toda regla.

-¿Quién se lo dirá a la cara?

-Los estados quedarán disminuidos y?-me lo invento- el Foro Anual de las Grandes Corporaciones fijará unas líneas generales de actuación y los gobiernos locales las implantarán. Los municipios, distintos a los actuales, ganarán importancia.

-Siempre habrá posibilidad de revuelta.

-Ni revuelta, ni motín, ni protesta. Vamos a ir todos hacia lo que estamos viendo en China: control biométrico de la población, carnet por puntos, lista de actividades antisociales.

-Occidente tiene espíritu de lucha.

-Los millennials -los más adultos de la nueva era- ya no se rebotan. «¿Contra quién te vas a rebelar?», te dicen. Y la generación T, la primera 100% digital de la Historia, aceptará lo que venga.

-Un consejo al menor de 12 años.

-Siempre me he comunicado mal con los niños. Mejora cuando son mayores de 15. Aun así, la experiencia, que era un activo de los mayores, estará devaluada.