-¿Qué valores tiene la hípica?

-Tiene todos los valores que tiene una escuela de vida. Tiene psicología, valentía, serenidad y honestidad. Hay que ser muy honesto con el caballo para poderle entender y para poderte compenetrar al nivel de sacarle el cien por cien en la alta competición.

-En su conferencia trató de la alternativa a la preparación clásica del jinete de saltos, ¿a qué se refiere?

-A mí también me ha costado un poquito entender exactamente el enunciado. Yo he interpretado la preparación que debe tener un jinete para ser un competidor de élite. La complementé con la preparación del caballo, porque en este caso son dos atletas juntos.

-¿Considera que la preparación actual del jinete de saltos es distinta a la de hace años?

-No ha cambiado mucho porque desgraciadamente los jinetes no tenemos cultura de preparación física y es un grave error, porque somos unos atletas como los demás, aunque vayamos más en una posición estática. Por eso los jinetes nos rompemos. A partir de los cuarenta estamos rotos de las lumbares, abductores y de ciertos músculos de las piernas. Y luego se paga caro, como me ha pasado a mí. Gracias a esto empecé a hacer una preparación física intensa desde hace quince años. Creo que hoy en día los jinetes se preparan, por lo menos, algo.

-¿Qué importancia tiene la preparación física del jinete en el salto?

-Tiene mucha porque, vuelvo a lo de antes, somos bastantes ignorantes en eso. Me acuerdo que me lo cuestioné cuando me encontré con Emilio Butragueño y el Real Madrid en Amsterdam. El Real Madrid había hecho la pretemporada allí. Coincidimos en el avión y nos sentamos juntos. Y lo primero que me preguntó fue qué preparación física hacíamos. Le miré y le dije «ninguna». Emilio alucinó. La preparación física es muy importante y sería muy importante que todos los jinetes hicieran un poco de gimnasio, y abdominales, para tener una faja abdominal suficientemente fuerte y liberar las lumbares, que se castigan mucho. También se puede combinar con un ejercicio como la natación, que es muy completo y al menos se estiran un poco todos los músculos del movimiento estático. Sería lo mínimo que debería hacer un jinete.

-¿Alcanzó la gloria con el cuarto puesto por equipos en Barcelona 92?

-Yo alcancé la gloria ganando una prueba del Campeonato del Mundo, porque eres el mejor del mundo un día. Y eso lo hace muy poca gente. En Barcelona no alcanzamos la gloria porque nos quedamos en el puesto más ingrato que es justo a la puerta de las medallas. Nos preparamos para pelear por las medallas por primera vez, quitando cuando España fue campeona olímpica. A mí se me quedó el vaso medio vacío. Tardé muchos años en ponerlo medio lleno. No, no logramos la gloria, porque nosotros competimos para ser medalla y nos quedamos a las puertas. Algo nos faltó. No sé qué, pero algo nos faltó.

-¿Se retiró definitivamente del salto, o tiene necesidad de la competición?

-Estoy inmerso en la competición, no de alto nivel, pero sí internacional. He sufrido tanto en estos años en los que he estado manteniéndome arriba, y lo he pasado tan mal y me ha costado tanto, que tenía la cosa de decir «no quiero volver a pasar por ahí», pero por otra parte tengo una espina de poder haber hecho mejores resultados de los que he hecho, aunque tengo un buen palmarés. Por circunstancias de la vida y para ayudar a un jinete me he vuelto a activar de nuevo. De momento tenemos el compromiso de saltar los cuatro concursos importantes de alta competición de España: Madrid, Barcelona y los dos de Casas Novas. A partir de ahí, no lo sé. Tampoco me lo planteo. Voy a ver cómo evolucionan las cosas.