El profesor jubilado del departamento de Química de la Universidad de Córdoba, Miguel Valcárcel, presenta su exposición de fotolienzos Olas de Doñana, que estará abierta al público en el Palacio de Viana desde hoy hasta el próximo 27 de febrero. En ella, el autor ha plasmado algunas de las mil fotos del entorno de Doñana en lienzos aportándole un valor añadido a la muestra. Los beneficios irán destinados íntegramente a la asociación Alcer. <b>

-¿Qué va a encontrar el espectador que visite la exposición?

-El espectador va a encontrar un tipo de obra artística poco frecuente porque se plasma la foto sobre el lienzo, un valor añadido con respecto a la fotografía ordinaria. Son fotos que he ido realizando en estos últimos 20 años pero el 90% son de los últimos tres.

-¿Por qué eligió Doñana?

-Tengo unas mil fotos de este paraje ya que veraneo cerca de la zona. Y esa ha sido mi vida en los últimos 20 años porque soy un enamorado del mar. Un entorno único donde se puede ver tanto el amanecer como el atardecer.

-¿Qué le ha llevado a elegir el Palacio de Viana como escenario para acoger su obra?

-Ha sido por la generosidad de la Fundación Cajasur, que me ofreció este espacio, y no lo dude. Este es un lugar emblemático de Córdoba.

-¿Cómo pasa una persona de dedicarse a labores científicas a plasmar sus fotografías en lienzos?

-Yo siempre he tenido pasión por el arte, cuando podía dibujaba. A raíz de mi trasplante de riñón, a causa de la medicación he desarrollado un pequeño temblor en la mano que me impide pintar, así que decidí retomar la afición por la fotografía. Ha sido un impulso también el descubrir cómo mejoran las fotos en un lienzo.

-¿Cree que en Córdoba hay pocos espacios de exposición para artistas?

-Yo soy novato pero no me podía creer la dificultad que había para poder exponer. Es inimaginable que en una ciudad tan artística y con tanta historia existan este tipo de problemas. La compañera que me ha orientado, Valle Revilla, me advirtió de los problemas que iba a tener para exponer. Muchos se tienen que ir fuera para poder exponer. La acogida de la Fundación Cajasur ha sido alucinante para mi porque había estado en otros sitios y me habían puesto en la cola. Me sorprendió ver cómo había hasta catorce artistas en una lista de espera. Hacen falta más espacios que sean coherentes con lo que significa Córdoba artística y culturalmente.

-¿Pueden estar conectados el arte y la ciencia?

-La ciencia y el arte no son como agua y el aceite, se pueden mezclar perfectamente. Algunas personas privilegiadas pueden ver la belleza tanto en la ciencia como también en el arte. No tiene que extrañarnos que un científico se dedique a actividades artísticas. Hay ejemplos espectaculares a lo largo de la historia. Einstein no se puede concebir sin su violín. El clarinete de Woody Allen o las pinturas de Da Vinci son otros grandes ejemplos. Hay grandes innovadores que han encontrado un refugio en las actividades artísticas. En la biografía de Einstein, se cuenta que él llegaba siempre a las reuniones con su violín, no podía estar sin él, le aportaba paz y tranquilidad.

-¿Asistiremos en un futuro a más exposiciones suyas?

-Francamente esto ha sido un divertimento. He donado todos los beneficios para que así sea. No tengo interés en volver a montar otra exposición aunque con la cantidad de fotos que tengo podría organizar otra. La experiencia ha sido muy positiva porque me he dedicado a una cosa ajena a mi campo de trabajo como es la ciencia. Disfrutaba viendo estas fotos en el ordenador y ahora las quiero compartir con todo el mundo.