Música, gastronomía y exposiciones sirven para estrechar lazos y conmemorar los 400 años de relaciones diplomáticas entre ambos países

Córdoba y Japón continúan dando pasos hacia su hermanamiento cultural con actividades que han ocupado escenarios tan singulares como la Mezquita Catedral, Viana, la Sociedad de Plateros, el Castillo de Almodóvar o el hotel Palacio del Bailío.

En la Mezquita, la pianista Mine Kawakami ofreció en la noche del martes su Sonata Samurai , en homenaje a los 400 años de relaciones entre Japón y España. Antes, un discreto pero emotivo acto quiso unir más aún ambas civilizaciones, ya que el alcalde, José Antonio Nieto, y el gerente del concesionario Mazda Civicar, Francisco Cívico, hicieron entrega al agregado cultural de la embajada japonesa en España, Kenjio Maehigashi, de un cofre con semillas de naranjos cordobeses para que sean plantadas en la zona de Fukushima arrasada por el tsunami del 2011. Este acto tuvo un precedente en 1958 cuando se envió otro cofre con 50 semillas de las naranjas del Patio de los Naranjos para plantarlas en memoria de las víctimas de la primera bomba atómica.

Ayer, los actos se iniciaron en el Palacio de Viana, donde se escenificó un maridaje de distintas disciplinas artísticas oriundas de Japón con las más significativas de la provincia de Córdoba. Al respecto, la delegada de Turismo de la Diputación, Rocío Soriano, explicó que "existen conexiones directas entre nuestra cultura y la nipona, como la de los tambores Taikos y los de nuestra Semana Santa, o la conexión con nuestro ilustre pintor Julio Romero de Torres, que además, de pintar a la mujer morena, pintó a la mujer japonesa" y recordó el aumento constante de turistas japoneses a nuestra provincia.

Por su parte, el alcalde de Córdoba, José Antonio Nieto, indicó la voluntad de que "las relaciones entre Córdoba y Japón se estrechen a través de la cultura, que siempre nos ha unido, y de las relaciones comerciales. Confiamos que este año dual sirva para abrir nuevos espacios".

El embajador, Satoru Satoh, agradeció la celebración de estos actos y apuntó que "las relaciones entre España y Japón están cobrando cada vez más fuerza" y dijo que aunque "están alejados físicamente, actos como estos nos hacen sentir más cerca".

La jornada se completó con una visita a la Sociedad de Plateros, donde el embajador conoció la coincidencia de que en 1868 comenzaron dos nuevas etapas de la historia de España y Japón y que fue el año de la creación de la Sociedad de Plateros. Allí, Satoru Satoh conoció los vinos de Montilla-Moriles, fue nombrado cofrade de honor de la Cofradía del Salmorejo, recibió un patio cordobés en miniatura, obra de Rafael Aguilera y María Guijo, y una obra del pintor Francisco Arroyo. La tarde se dedicó a visitar el Castillo de Almodóvar, donde se expone una muestra de 200 fotografías japonesas de finales del siglo XIX que los herederos del Conde de Torralba han conservado de los viajes de sus antepasados a Japón.

La jornada se cerró con una cena japonesa amenizada por los artistas Chieko Kojima (danza tradicional) y Yta Kato (taiko) en el hotel Palacio del Bailío.