Entre los cordobeses puede que vayan desapareciendo las clases. Pero entre las plantas, y sin desmerecer de la más humilde gitanilla que puebla los patios, hay una aristocracia. De hecho, ayer entró en el exclusivo club de especies distinguidas en los patios una cordobesa más, una kentia ( howea forsteriana) de cuatro décadas de antigüedad que cuida en Maese Luis 9 Isabel López Cazalla. Se trata de una planta de interior (la habrán visto decorar anodinos rincones de oficinas) que en el patio de Isabel ha tomado dimensiones gigantescas, pese a crecer en un simple macetón. De hecho, y gracias al trabajo de décadas de la cuidadora, ha llegado a tener hasta vástagos y uno de ellos prospera junto a la madre. Precisamente, son esos cuidados los que reconoce en última instancia este premio del Real Jardín Botánico, recordó ayer la concejala de Infraestructuras, Amparo Pernichi.

Por cierto, el resto del club de verdes premiadas lo completan la esparraguera fina de Parras 6, que abrió la lista de premiadas en el 2010, continuando con una azucena (perdida hace tiempo) en Escañuela 3 en el 2011; el limonero con la técnica de espaldera de Maese Luis 22 (2012), la buganvilla de La Palma 3 (2013), la costilla de Adán de Parras 5 (2014), el geranio basto de tres metros de Barrionuevo 22 (2015), la colección de helechos de Isabel II 25 (2016, patio que ya no se presenta) y la palmera salvada del picudo del 2017, en Aceite 9.

Así va la esparraguera de Parras 6, premiada en el 2010.

Buganvilla de La Palma 3, este año, que ganó en el 2013.

Costilla de Adán en Parras 5, ganadora en el 2014.