La Navidad puede ser el peor momento para alguien que se sobrepone a la muerte de un ser querido. Huir de estas celebraciones o simplemente evitarlas suele ser el recurso más común. Pero la psicóloga Nuria Javaloyes sostiene que el duelo no se resuelve huyendo, sino viviéndolo, experimentándolo y conectando con la parte emocional. Esta profesional ha participado recientemente en Alicante en el ciclo Mi primera Navidad sin ti, en el que personas que han atravesado por este proceso dieron su testimonio y ofrecieron consejos.

-¿Cómo influyen las navidades en alguien que está atravesando por un duelo?

-Si el resto del año es duro, en Navidad se produce además una diferencia entre el estado de ánimo de la sociedad y el tuyo. Hay incoherencia. Todo el mundo está feliz, hay que estar de fiesta y, en cambio, la persona que sufre el duelo está vacía, triste. Hay una disonancia entre cómo se está por fuera y cómo se está por dentro.?A ello se añade el qué se espera de mí: «Hazlo por nosotros»; «hay niños en la casa»... Eso es lo más complicado.

-¿En qué tipos de duelo la Navidad puede resultar más difícil de llevar?

-Es una fiesta muy orientada a los niños, por lo que cuando muere un niño es más complicado. Pero el dolor del duelo depende de la intensidad del vínculo. Si el vínculo con esa persona es muy fuerte, el dolor será muy fuerte. Da igual que sea una madre de 85 años, que una pareja. Pero si el que ha fallecido es un niño, estas fechas son siempre más difíciles.

-¿Qué es preferible en estos casos? ¿Huir de la Navidad?

-Precisamente, ante un duelo, lo que la gente suele hacer es huir o suprimir la Navidad. Sin embargo, esta opción no es buena, no es la más aconsejable, aunque es lógica y humana. Porque todos necesitamos huir, pero no es lo más sugerible. Lo más adecuado es ser capaces de compartir emociones, de construir una Navidad diferente. Porque ha pasado algo en la familia. Va a haber un antes y un después y estamos para compartir juntos lo que ha pasado. Ya sé que cuesta mucho de hacer. Hablar de emociones nos cuesta mucho y sobre todo en Navidad.

-¿Entonces la clave está en no evitar el tema?

- Lo importante es tener una conexión emocional con las personas que están a nuestro lado y que sí esté presente la persona que ha fallecido. Y ahí, creatividad al poder: poner una flor en su silla, contar anécdotas de ella, hacer su plato favorito.?Lo contrario sería hacer que no ha pasado nada e ir llorando a escondidas.

- ¿Qué puede hacer la familia para paliar este sufrimiento?

-Deben intentar llegar a acuerdos. Cuando hay un duelo, hay una persona que es la que más vínculo tenía con el fallecido. Ellos deben llevar la voz cantante en este sentido. A lo mejor si es una mamá que ha perdido a su hijo no le apetece nada celebrar los Reyes, pero la otra familia sí que dice de poner un detallito. Y a lo mejor la mamá no quiere ir a por él.... Es estar al ritmo de la persona que más vínculo tenía. Y los que no son tan allegados deben saber que la persona más afectada puede planificar y cambiar de opinión. Y eso hay que respetarlo, porque el estado de ánimo en estas situaciones es cambiante. Es una montaña rusa. Los que estamos al lado debemos ser flexibles y no hay que tomarlo como algo personal.

-Si hay niños alrededor, ¿las navidades en medio de un duelo son más llevaderas?

-Los niños nos pueden ayudar muchísimo en este tipo de situaciones. Somos los modelos para los niños en el sentido de cómo se procesa la tristeza. De la manera en la que ellos nos vean que lo hacemos, lo van a hacer. También quitan hierro, naturalizan las cosas. Los pequeños nos ayudan mucho porque normalizan todo tipo de situaciones.