Lluís Homar siempre ha querido ser Marlon Brando, según revela en el libro autobiográfico en el que se sincera «como persona y como actor» y que ha titulado Ahora empieza todo. Y es que, a sus casi 60 años, ha iniciado «una nueva etapa en la que el objetivo es ser útil y ser uno mismo».

Así, a lo largo de casi 300 páginas, el actor repasa sus inicios en el Teatre Lliure, del que llegó a ser director; su relación con Pedro Almodóvar, que ha tenido altibajos, su etapa cinematográfica, su vuelta al teatro y sus planes de futuro.

En el plano personal, Homar se desnuda y relata aspectos tan íntimos como sus traumas de infancia, sus debilidades y la terapia psicológica que le ha ayudado a aceptarlas.

El proceso de elaboración del libro, que acaba de salir en catalán y se publicará en castellano el próximo 2 de mayo, ha supuesto «un vendaval emocional» para Homar, ha explicado en una entrevista.

El actor y director se puso manos a la obra el pasado mes de julio, animado por el periodista y escritor Jordi Portals, que le convenció para conversar largamente sobre su vida profesional y recoger el resultado en un libro.

EL SENTIDO DEL LIBRO / Sin embargo, cuando Homar entra en un proyecto se tira a la piscina y lo da todo, y en esta ocasión no podía ser menos, por lo que finalmente acabaron hablando también de temas íntimos y buscando un «sentido de utilidad» al libro autobiográfico.

«Estoy en un momento de cambio -ha desvelado-. Hasta hace no mucho vinculaba la plenitud a ser un gran actor. Competía hasta la extenuación por ser Marlon Brando, pagando el precio que fuera, y nunca estaba plenamente satisfecho».

«Ahora estoy afrontando la vida de otra manera y siento que el éxito no es ser Marlon Brando sino llevar adelante proyectos útiles, en los que creo, rodeado de la gente que quiero», ha añadido.

En su opinión, el libro es útil porque muestra «con sinceridad», afirma, sus errores y aciertos, sus virtudes y sus defectos, de manera que pueda ser provechoso de alguna forma para los lectores.

Tierra Baja y Lluís Homar, la obra que el reconocido actor ha llevado por toda España, tanto en catalán como en castellano durante los últimos años, es otro ejemplo del concepto de utilidad que maneja el actor que se dispone a iniciar una nueva etapa.

Para Homar, una obra es útil cuando cumple dos condiciones: «que el mensaje sea positivo y que la adaptación se haga pensando en el público, buscando que sea popular, que llegue a la gente».

Así, en el caso de Tierra Baja, el mensaje está en esta línea: «La obra acaba con la frase he matado al lobo, es decir, he matado el lado oscuro y puedo quedarme con el positivo», una referencia a todo proceso de desarrollo personal, algo tan anclado en la cultura como lo era ya el mito del Minotauro, la bestia del laberinto a la que hay que matar para que nazca el auténtico hombre.

En la misma dirección apuntan los proyectos futuros de Homar, entre los que destacan Ricardo III, con Xavier Albertí, en el Teatre Nacional de Cataluña (TNC), la versión que está preparando de Cyrano de Bergerac y, en otro ámbito, el centro pedagógico que proyecta crear.

«Ahora empieza todo», insiste Homar, que está decidido a tomarse la vida de otra manera, una conclusión a la que ha llegado tras «muchas experiencias, buenas y malas».

Entre las buenas se encuentra, según afirma, la fundación del Teatre Lliure, a la que Lluís Homar contribuyó en 1976, con tan solo 20 años, así como la primera película que rodó con Pedro Almodóvar, La mala educación.

Entre las malas, sin embargo, se encuentran su salida del Teatre Lliure, tras 15 años de dedicación por discrepancias con los otros miembros fundadores, y la segunda película con Almodóvar, Los abrazos rotos.

«A lo largo de la vida nos hacen daño y hacemos daño», resume Lluís Homar, que intenta relatar en su autobiografía los sabores y sinsabores «sin rencor y con elegancia» porque «el rencor es una medicina que tomamos nosotros con la esperanza de que muera el otro».