Es la historia de un amor… La copla, que sigue mandando en mí. La escucho en la alta noche y a la mañana siguiente cuando tantas coplas, trágicas, falsas, suenan, aunque sean siempre más o menos verdaderas. Me pongo al ordenador, al que a veces aunque ordeno no me hace caso, y titulo lo que siento, lo que canto, lo que pienso que es verdad. Porque lo nuestro, Córdoba, lo mío al menos, porque el amor es cosa de uno, de dos raramente, que uno quiere más que otro, y a veces también es cosa de tres, ya saben, que no tengo que explicarlo. Esto de esta tierra y un servidor es más que un título de una copla. Es un no sé qué, un qué sé yo, un estar sin estar en mí, que diría santa Teresa. Como no hubo otro igual, sigue diciendo la letra.

Como aquella letra y el gesto de nuestro Chiquito de la Calzada, al que van a levantarle un monumento en Málaga, que es su tierra de origen, pero como mucha Córdoba cerca. ¿O no es verdad lo que digo? Por lo pronto, aquí firmo en nombre de muchos de ustedes, y sé muy bien lo que digo. Que cuenten conmigo ya, y si hay que ofrecer un nombre para levantar el homenaje, aquí dejo a nuestro Belmonte, que ha hecho tantos buenos recuerdos en bronce y memoria.

Es como ahora que veo, que leo, que hay gran recuerdo del maestro pintor Povedano. Debo decir que yo le tengo en mi memoria. Gran pintor, buena gente y el pensamiento fresco en mi mente ya vieja, antigua, de aquel día que fui a verle en su casa estudio del Brillante. Hablamos frente al ventanal. También que cuenten conmigo.

A veces me repito más que una mala morcilla de sangre, pero es que la actualidad manda en mí, aunque sea a ratos una página sepia. Porque lo he leído en las redes sociales, que como saben a veces son redes suciales, aunque esta es una verdad limpia, elegante, que compartimos. Que la nueva princesa mulata de Inglaterra (Meghan Markle) -¡qué bellas son las mulatas!- copia a veces el look de nuestra Paloma Cuevas. A la que no veo, solo en las fotos, desde hace tiempo.

Cambiando la suerte, cordobeses. Este clavel de papel, a ser posible rojo, que es el color de la sangre, en la tumba de mármol blanco de nuestro torero más grande, que acaba de ser recordado en casi todos los sitios con motivo del aniversario, otro, de su muerte. Ah, y ¡qué milagro el del color de las viejas fotos, de ese maestro del retrato que ha tenido tan buena idea¡ Sobretodo esa foto con su novia, que en paz descanse también, la Lupe Sino, a la que yo conocí siendo ya su viuda. Aunque no se casaran por la iglesia, que entonces era lo bueno, y entrevisté en el paseo de Rosales, y que vivía en la calle Hilarión Eslava, en el piso aquel que le regaló el torero de Córdoba. Siempre le llamó aquel día Manuel con el gran respeto, a pesar de todo, a pesar de tanto que tuvo para aquel que dio nombre desde su ofrenda a la ciudad de Córdoba, después de tantos años, de tantos agostos.

Menos mal, es un decir, que ya estamos en setiembre, que se escribe con p y sin p, creo, y vuelvo a insistir, en las palabras siempre, un titular del brujo que ya está por Madrid, insisto.

-No hay que olvidar una cosa, y es que, todos llevamos dentro las dos caras de la moneda, de un lado San Francisco de Asís y de otro Donald Trump.

Un titular arriesgado, pero lleva razón don Rafael El Brujo, que ahora hace yoga en la escena, viejo gurú de la cabeza einsteniana.

Desde Rusia un corresponsal amigo me comunica en la noche.

-Como sé que te va a gustar, querido Tico Medina, te quiero hacer saber la huella que han dejado los caballos y también los caballeros de la Córdoba elegante, señora y tradicional en Rusia. Han sido un espectáculo… Y a propósito, que sepas que le han puesto a Putin, que tanto gusta de la equitación y que además es un buen jinete, de lo que hace gala además siempre que puede, los videos de Córdoba por Moscú. ¡Mira que en su colección de buenos caballos en sus cuadras del Kremlin, es un decir, tiene un caballo cordobés, o hijo de yegua cordobesa¡ Y si el nuevo zar, como le dicen a veces, tiene lo mejor del mundo, uno tendrá sin duda -Julio Merino, mándale, vía saco diplomático uno de tus libros- sobre los caballos inmortales.

Meditemos. Ya está aquí setiembre. Y leo, quizá también en nuestro periódico lo que ha dicho Agustín León: ¡Ojalá vivas todos los días de tu vida¡ Que es una verdad como un templo. Osea, mejor digo como nuestra mezquita catedral, o catedral mezquita que de las dos formas vale, y que este otoño va a ser noticia. Como siempre, lo dicho más arriba, es la historia de un amor como no hubo otro igual. Imposible de describir con palabras, aunque lleve más de veinticinco años diciéndolo por lo menos, y por escrito, una vez por semana.