Este viernes comienza la décimosexta Bienal de Fotografía de Córdoba. Variadas y atractivas exposiciones y otros actos convertirán a Córdoba en la capital de la fotografía. Todas estas actividades están organizadas por la Asociación de Fotógrafos de Córdoba (Afoco), cuyo presidente desde 2013 es el cordobés José Gálvez.

-¿Esta edición de la Bienal de Fotografía pone a Córdoba en primer plano de la actualidad?

-Efectivamente, estamos muy satisfechos de tener uno de los mejores certámenes del país y la Bienal es el festival decano de cuantos se hacen actualmente en España.

-¿Cómo ve el momento actual de la fotografía?

-Bastante mejor que cuando comenzó Afoco. Los fotógrafos están cada vez más preparados; se publican fotolibros y han surgido nuevos colectivos tanto en Córdoba como en la provincia. Cada año hay tantas exposiciones o más que las de pintura o cualquier otra disciplina artística.

-¿Cree que la fotografía está en el lugar que le corresponde dentro de las artes plásticas?

-Según el MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts), queda por hacer realidad que podamos hacer fotos con nuestros propios ojos y las podamos proyectar desde el cerebro a un plasma o algo similar. Están en ello.

-¿Hay buenos fotógrafos en Córdoba?

-Siempre los ha habido. En el siglo XIX un montón (aconsejo ver el libro La Mezquita de Plata, de Antonio González); en el siglo XX, muchos más. Hasta Robert Capa quiso unirse a la lista con su famosa foto del miliciano.

-¿Cuándo se aficionó usted a la fotografía?

-En 1959 fotografié a mis padres junto al Seat 600 que habían comprado con enorme esfuerzo económico. Aquel coche valía una pasta para su época. Posteriormente, en un viaje que hice con mis padres y mi hermano a Francia, en 1965, en la gruta de Lourdes hice uno de mis primeros reportajes, que hoy me sigue pareciendo muy interesante.

-Afoco organiza diferentes concursos y certámenes que han alcanzado un merecido prestigio internacional. ¿Ha participado en alguno no organizado por esta asociación?

-Sí, en los años 80 del pasado siglo. Gané algunos y conseguí el Trofeo Oro de la Federación Andaluza de Fotografía en 1984, cosa que había logrado un año antes mi maestro Juan Vacas.

-¿Cómo resulta Córdoba más encantadora para una fotografía? ¿De noche o de día?

-En esa hora llamada «mágica», en que comienza a anochecer pero aún se distinguen los perfiles de la ciudad.

-¿Le ha sorprendido alguna vez una fotografía?

-Muchas veces. Siempre me sorprende más el contenido que la técnica. Hoy hay un exceso de imágenes muy retocadas que apasionan bien poco.

-El pasado jueves 7 de marzo leyó un manifiesto en el que se declaraba el Día de la Fotografía en Córdoba, ¿por qué precisamente esa fecha?

-Porque ese día en 1844, J. Albors hizo un daguerrotipo con una vista de la Mezquita. Es la primera noticia documentada de una foto en nuestra ciudad y desde Afoco quisimos proponer la celebración anual de tal acontecimiento pidiendo al Ayuntamiento que en adelante la Bienal de Fotografía de Córdoba se inaugure siempre un 7 de marzo. Esta ciudad, que goza de un gran reconocimiento del mundillo fotográfico internacional, se lo merece.

-¿Se queda con el color o con el blanco y negro?

-Blanco y negro, siempre.