A sus 59 años y tras una larga carrera actoral que se ha desarrollado entre España y Estados Unidos, el actor Antonio Banderas siente el Teatro del Soho, el espacio escénico que inaugurará a mediados de noviembre en su ciudad natal, Málaga, como «lo más importante» que ha hecho «jamás», incluido Hollywood. «Este es el proyecto de mi vida, pero no es una tumba, ¿eh? Es una cuna donde vamos a criar un niño precioso», ha subrayado Antonio Banderas en la presentación de A Chorus Line, el musical que codirige y protagoniza, y con el que alzará el telón el Teatro del Soho.

El título elegido para inaugurarlo «no es una casualidad», porque en su estreno original, que tuvo lugar en el año 1975, «cambió de alguna forma el paradigma del teatro musical en EEUU» y se puso el foco en «los grandes bailarines no conocidos, que dependían de su físico y tenían muy pocos derechos».

El creador del musical, Michael Bennett, «les dio una voz a estos personajes» y según Antonio Banderas la obra consigue «democratizar a todos aquellos que no tienen voz y salta fuera de las barreras del espectáculo para encontrarse cara a cara con la vida, con unos soñadores con gran capacidad de sacrificio en busca de la excelencia».

MUCHO TALENTO / «Este musical encaja perfectamente en lo que es mi propia vida y mi relación con el teatro», asegura Banderas, que ha confesado su «sorpresa absoluta» al descubrir en las audiciones de Madrid, Barcelona y Málaga «un talento que hace veinte años no existía en este país».

Para el actor, «hay un momento en la vida de las personas en el que solo cabe la verdad» y su verdad en este momento está «aquí, en el teatro», aseguró en una entrevista a Efe.

«Vivimos una época de máxima tecnología en la que parece que las cosas que no están grabadas no existen, pero a mí me encanta el sabor efímero del teatro, que solo permanece en el recuerdo. El teatro se queda y crece dentro de uno».

Pese a su larga trayectoria, Banderas asegura que no se considera ningún «sabio» ni se siente capaz de dar consejos a quienes empiezan en el oficio, pero sí cree que la palabra clave sobre la que debe girar el trabajo de los intérpretes es «amor» y pensar que el escenario es «la oficina» del actor, por lo que les recomienda no pensar «en lo que esto puede reportar después, dinero, fama y muchos caramelos que están alrededor, porque si se distraen en eso se perderán, como el que se pierde en un bosque».

El musical continuará en Málaga «probablemente» hasta el 26 de enero, el día siguiente a la entrega de los Premios Goya en esta ciudad, y después viajará a Bilbao, Barcelona y Madrid, entre otras ciudades, además de existir «una posibilidad grande» de ir a Estados Unidos.

PUYOL, OTRO ‘BOQUERÓN’ MALAGUEÑO / Banderas interpretará en Málaga el personaje de Zach, pero en la gira tendrá «un maravilloso sustituto», Pablo Puyol -que además es «un boquerón (malagueño) como yo», resalta-, en el que tiene mucha confianza.

Sobre el trabajo de preparación de este espectáculo, Banderas admite que «si tienes 59 años, las cosas se complican un poco más».

Así, según sus declaraciones, no se ha preparado el personaje, sino que se ha preparado él. «Me he metido una paliza este verano. Cada día hacemos un calentamiento de una hora y media para que salgamos sudando y cansados al escenario, porque esto es una audición», explica.

Ante la cercanía del estreno confiesa que le tiembla el pulso, pero intenta ocultarlo, porque tiene que «tirar de un carro y ahora no caben las debilidades».

Amante de Málaga, asegura el actor que le puede el ambiente que se está viviendo en su ciudad «y por eso quiero aportar algo, no solo palabras, sino también acciones».